Rue20 Español/ Asunción
Ignacio Martinez*
América Latina y Marruecos (Genuina representación de toda África) tienen similitudes que se inicia con la invasión de sus tierras en el pasado y en un presente en que se esfuerzan por posibilitar desarrollo y crecimiento, sin perder sus identidades en un mundo que apuesta a la globalización.
América Latina actualmente tiene la amenaza del crimen organizado transnacional. En tanto, Marruecos debe continuar soportando la provocacion de la violencia de la mano de los polisarios y su mentor Argelia. Una mirada objetiva hará ver que las naciones Latinoaméricas y los marroquíes, liderando África, tienen encima todo un plan con el objeto de quebrantar su desarrollo económico y social por medio de sectores que apuestan a la zozobra, dolor y luto.
América Latina, en unidad de acción de sus países miembros, sabrá defender la democracia y la calidad de vida de su gente. En tanto, Marruecos lo debe hacer casi solo, asumiendo que algunas naciones africanas tienen como prioridad consolidar sus propios estados de Derecho. Ante eso, creo que es menester que toda la zona sur sur, el Sáhara marroqui, sea poblado por los consulados de los países socios.
Personalmente estuve por algunas de esas ciudades sureñas, como Laayoune y Dakhla, donde hay mucha paz y tranquilidad. De hechos, hoy existen varios consulados que demuestran la dinámica experimentada por la región del Sahara, lo que permite impulsar las relaciones económicas y comerciales de manera mutua.
La seguridad jurídica está re asegurada con la decisión que en su momento tomó el Parlamento marroquí aprobando dos textos de ley destinados a establecer la competencia jurídica del Reino de Marruecos sobre el espacio marítimo que cubre las aguas territoriales desde Tánger (Norte) hasta Laguira (Sur), en la frontera con Mauritania.
Dicha delimitación de las aguas territoriales y de la Zona Económica Exclusiva de 200 millas náuticas frente a las costas del Sur de Marruecos, tienen como objetivo actualizar y adaptar el arsenal jurídico nacional a la plena soberanía de Marruecos sobre sus fronteras efectivas, terrestres y marítimas. La adopción de estas leyes también refleja el deseo del Trono de proteger y preservar sus intereses supremos a nivel de su espacio territorial, así como a escala geopolítica de la región.
Concluyo diciendo que América Latina debe crecer con la presencia de sus sedes diplomáticas (Embajadas) en Rabat, pero igualmente debe acompañar el grito de paz y desarrollo de Marruecos con consulados en toda la zona sur del Sáhara marroquí.
Es una forma más para que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (NNUU) entienda que los polisarios y su jefatura de Argelia no tienen, de hecho nunca tuvieron, razón de ser en el Sáhara marroquí.
* Presidente de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos Amigos de Marruecos (APLAM).
