Rue20 Español/ Rabat
Machij El Karkri*
Este año y en esta fiesta del Aid al Adha (Fiesta del Tabaski o del Sacrificio), se cumple un medio siglo sin que la justicia internacional sea capaz de forzar al régimen argelino a asumir su responsabilidad por la gran brutalidad y su crimen contra la humanidad.
Un día como hoy del 1975 (que era el 18 de diciembre) en la fiesta del Sacrificio, y en revancha por el grandísimo éxito de la marcha Verde, y de la firma del acuerdo tripartito de Madrid (Marruecos-España-Mauritania! ), que ponía fin a una era de colonización de un territorio en el sur de Marruecos por su potencia colonial que es España.
El régimen argelino, conducido por el Coronel Boumediane, después de ejecutar su golpe de estado, y apartar del poder al presidente Ben Bella y la cúpula Histórica del frente de la liberación nacional (FLN), y buscando un protagonismo que nunca tuvo, decidió dar su segundo golpe y un mes después de la marcha verde, montar su marcha negra. Así las autoridades argelina y sin más, decidieron expulsar sin derecho alguno, y contra toda legalidad internacional y moral a más de 45 mil familias, lo que supone más de 350 mil personas por el solo hecho de tener nacionalidad marroquí.
El hecho considerado como desplazamiento forzado de la población, que ha sido obligada a abandonar sus bienes, casas, actividad económica, e incluso separación de una parte de las familias (marido y mujer, padres e hijos). Siendo el desplazamiento forzado una acción que atenta contra los acuerdos internacionales de los derechos humanos en general , y contra el acuerdo internacional sobre los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias en particular.
Cincuenta años después, las víctimas organizados en plataformas y ONGs, reclaman a las instituciones de la ONU, al consejo de derechos humanos, a la corte de justicia internacional, que reconsidere su situación y que obliguen al estado argelino que se ha apropiado de sus bienes en el año 2010 a indemnizarle y a presentar las excusas formales por el daño causado.
Por la memoria de los que ya no están, por el dolor y la angustia causado por un régimen de la guerra fría, la historia ni olvida ni perdona…
Cincuenta años después, aún resonando en la memoria colectiva, el dolor y la injusticia persisten. Permíteme profundizar en los acontecimientos que marcaron este triste capítulo de la historia.
La legalidad internacional en el contexto de las expulsiones de los marroquíes en 1975:
La legalidad internacional se basa en normas y tratados que los Estados han acordado respetar. Estos incluyen la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención sobre el estatuto de los refugiados y otros instrumentos legales.
El desplazamiento forzado de personas, como ocurrió con las familias marroquíes expulsadas de Argelia, viola estos acuerdos y principios.
La responsabilidad del estado argelino:
Los estados tienen la responsabilidad primordial de proteger los derechos humanos de sus ciudadanos y de aquellos bajo su jurisdicción.
La expulsión masiva sin consideración legal o humanitaria es una violación grave de esta responsabilidad. Y las víctimas de la expulsión están buscando justicia a través de la CIJ (presentando su caso contra el estado argelino por violación de derechos humanos).
Reparación y Memoria:
La reparación no solo implica compensación económica, sino también reconocimiento oficial de los hechos y disculpas formales. Además la memoria histórica es crucial para evitar que tales acontecimientos se repitan y para honrar a quienes sufrieron las consecuencias.
En resumen, la legalidad internacional proporciona un marco para abordar las injusticias y garantizar que los derechos humanos sean respetados. Esperamos que las víctimas encuentren la justicia y la reparación que merecen .
*Dirigente político marroquí y miembro del Buró Político de la USFP