Rue20 Español / Fez
Walid El Moumen
La intimidación y el espionaje sobre la comunidad cabileña por parte del régimen argelino no se limitan solo a Argelia o a Francia, donde se encuentra la mayor comunidad cabileña en el extranjero, sino que se extienden hasta Canadá, temiendo que algunos cabileños tengan vínculos con el Movimiento para la Autodeterminación de la Cabilia (MAK).
Uno de los ejemplos de estas acciones es Kamal Sehaki, un artista cabileño que se mudó a Canadá buscando libertad, pero fue perseguido por las autoridades argelinas debido a sus posibles vínculos con el MAK, según un reportaje de Radio-Canada que destacó la inacción del gobierno canadiense para proteger a sus ciudadanos de origen cabileño de la injerencia extranjera.
Todo empezó con una llamada desde el Consulado de Argelia en Montreal, donde le insinuaron que el gobierno argelino podría ayudarlo en su carrera artística a cambio de un encuentro. Sehaki aceptó reunirse, pero en un lugar público, acompañado discretamente por amigos que documentaron la reunión.
Durante la reunión, el supuesto agente del consulado le habló sobre sus vínculos con el MAK y le pidió cortar toda relación con amigos asociados al movimiento. Le proporcionó fechas exactas, lo que confirma la teoría de que estaba siendo espiado en el país norteamericano. «Usted filmó las manifestaciones del MAK en tal fecha, tal fecha, tal lugar».
«Cuando me dijo las fechas, los lugares, lo que estaba haciendo, me dije: ¡Guau! ¡Parece que vivimos juntos!», manifestó Sehaki.
Después, le pidieron firmar un documento comprometiéndose a cesar actividades con el MAK y a proporcionar nombres de otros jóvenes kabyles en Canadá involucrados con el movimiento, a cambio de poder viajar libremente a Argelia. Sin embargo, rechazó la oferta y ahora no sabe cuándo podrá volver a ver a su familia en Argelia o las montañas de su Cabilia natal, según lo afirmado por Radio-Canada.
La misma fuente desveló que otros miembros de la comunidad kabyle en Canadá también han sido convocados al consulado o embajada de Argelia y han experimentado intimidación, incluidos funcionarios federales y provinciales canadienses.
Kamel Serbouh, presidente del Centro Aqvayli de Montreal, habla del clima de miedo en la comunidad kabyle, donde muchos evitan participar en actividades culturales por temor a represalias. Serbouh corroboró que varios ciudadanos canadienses de origen cabileño fueron interrogados a su llegada al aeropuerto de Argel, en visita a sus familias, y que muchos de ellos fueron prohibidos de salir del territorio argelino durante semanas o incluso años.
Por ello, el gobierno canadiense ha sido criticado por su inacción. Aunque Canadá mantiene relaciones con Argelia y discute cuestiones de derechos humanos, no ha proporcionado suficiente protección a sus ciudadanos de origen kabyle, subrayó el medio canadiense.
La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, no ha comentado públicamente sobre la situación. Sin embargo, Global Affairs Canada destacó la importancia de la vigilancia y las posibles repercusiones de discutir asuntos políticos en público o en línea, especialmente con el no reconocimiento de Argelia de la doble ciudadanía legalmente.
Como medidas preventivas y de apoyo, la Gendarmería Real de Canadá (GRC) aconseja a las personas que se sientan amenazadas que denuncien los incidentes a la policía local y proporcionen mecanismos de apoyo para las víctimas de intimidación e injerencia extranjera.