Rue20 Español/ Málaga
Meryem Ghoua
El Mundial-2030 en Marruecos, España y Portugal es una realidad. Sin embargo, en Málaga sigue siendo una reto ambicioso.
Son meses decisivos para saber si la candidatura para que el estadio La Rosaleda sea sede de esta gran cita mundialista. El 31 de julio de este año es la fecha límite en la que deben conocerse las sedes.
Málaga lucha para acoger uno de los partidos de la CDM y tiene como objetivo, según afirma Málaga Hoy, enfrentar desafíos financieros y logísticos significativos que requerirán una cuidadosa planificación y la participación de inversionistas privados.
La ciudad del sur opta por una remodelación de La Rosaleda que «debería ampliar su capacidad hasta los 45.000 espectadores con una inversión bastante generosa que ahora se monitoriza cómo desarrollar».
Por ahora, siguen trabajando para que el proyecto de remodelación se produzca y existen en curso varios estudios sobre «viabilidad y rentabilidad de la instalación», que poseen las tres instituciones (Ayuntamiento, Diputación y Junta). No obstante, este proyecto podría costarles 260 millones, una cifra estimativa, algo que les pone a pensar profundamente pero allí ni piensan en poner las llaves.
«Ya se han dado cifras y no voy a revisarlas, porque no han cambiado. Su rentabilidad está absolutamente garantizada. Tenemos datos concretos. Los malagueños van a estar orgullosos del resultado. A la FIFA le decimos que van a estar orgullosos de traer el mundial a Andalucía», dijo, hace tiempo, el Secretario General para el Deporte de la Junta de Andalucía, José María Arrabal.
La idea es explotar el estadio más allá del uso meramente deportivo. Málaga necesita un espacio de esa dimensión. Podría convertirse en un polo de atracción deportiva, turística y comercial y que dé recursos al socio que invierta el dinero y al Málaga, que tenga una participación de ingresos extraordinarios aparte de la televisión, de publicidad y demás conceptos.
Málaga aspira a estar en el Mundial-2030 y los pasos que se están dando son muy rotundos y claros. Sin embargo, hay varias dudas sobre el proceso y los mecanismos para que La Rosaleda esté entre los estadios elegidos.