Rue20 Español/ Manama
Su Majestad el Rey Mohammed VI, dirigió un discurso a la 33ª Cumbre de la Liga de Estados Árabes, que se inauguró el jueves en Manama, en el Reino de Bahréin.
En Su Discurso, cuya lectura fue dada por el Jefe de Gobierno, Aziz Akhannouch, el Rey dijo que la celebración de esta importante cumbre, dentro de unas difíciles circunstancias regionales e internacionales, “viene a materializar nuestro deseo común de afrontar las cuestiones apremiantes de nuestra nación árabe, en el marco de una visión prospectiva y realista que busca mejorar las condiciones actuales, relevando los retos de seguridad y desarrollo”.
En este contexto, subraya que “las difíciles condiciones que atraviesa la causa palestina como consecuencia de la flagrante agresión israelí contra la Franja de Gaza, nos hacen más y más aferrados a la permanencia de la causa palestina como centro y esencia del establecimiento de una paz justa y permanente en la región de Oriente Medio”.
“Queremos reiterar nuestro apoyo inamovible al pueblo palestino hermano para recuperar sus legítimos derechos de establecer su Estado independiente y soberano, sobre las fronteras del 4 de junio de 1967, con Al Qods oriental como capital, sobre la base de la solución de los dos Estados”.
“Las acciones de venganza llevadas a cabo en la Franja de Gaza han hecho ver enormes violaciones que se oponen al derecho internacional y al derecho internacional humanitario”, añade.
Por ello, el Rey reiteró “nuestra fuerte condena de la matanza de personas inocentes, del mismo modo que insistimos en que la imposición de una nueva realidad en la Franja de Gaza y los intentos de desplazamiento forzado de los palestinos, son inaceptables y no harán sino empeorar aún más la situación, acentuando la gravedad de la violencia y la inestabilidad”.
Por otra parte, “queremos insistir sobre el hecho de que la Franja de Gaza constituye una parte indivisible de los territorios palestinos y del Estado palestino unificado, haciendo especial hincapié en la necesidad de acelerar la llegada de las ayudas humanitarias a los palestinos en toda la Franja de Gaza, de modo sostenible, reforzando la protección de los civiles inocentes”.
”En Nuestra calidad de Presidente del Comité Al-Qods, y en estrecha coordinación con Nuestro hermano, Su Excelencia Don Mahmud Abbas, Presidente del Estado palestino, continuaremos desplegando todos los esfuerzos posibles por preservar el estatuto jurídico, histórico y civilizador de la Ciudad Sagrada”, subraya.
Paralelamente, y a través del trabajo llevado a cabo sobre el terreno por la Agencia de Bayt Mal Al-Qods, instancia ejecutiva del Comité Al-Qods, “seguimos realizando planes y proyectos concretos destinados a preservar la identidad cultural de la Ciudad Sagrada, mejorando las condiciones sociales y de vida de los habitantes de Al-Qods y apoyando su resistencia y permanencia en esta ciudad. En cuanto a las dolorosas y lamentables condiciones vividas por algunos países árabes hermanos, el Reino de Marruecos guarda la esperanza de ver estabilizarse la situación en estos países, privilegiando el diálogo y las iniciativas pacíficas sobre la lógica de la fuerza y de las soluciones militares, a fin de alcanzar soluciones prácticas, eficaces y sostenibles”.
“Con profundo pesar registramos que la complementariedad e integración económicas entre los países de nuestra organización aún no han alcanzado el nivel que ambicionamos, a pesar de darse en nuestros países todas las condiciones para lograr tal objetivo”, agrega.
En este sentido, “cabe subrayar que esta situación no es una fatalidad inevitable, sino que requiere la adopción de una visión realista que confíe en la construcción conjunta y tome como fundamento el respeto de los principios de la buena vecindad y de la soberanía nacional e integridad territorial de los Estados, absteniéndose de interferir en sus asuntos y de promover sesgos de división y separatismo”.
En este contexto, “no nos cabe sino lamentarnos, una vez más, por no cumplir la Unión del Magreb Árabe su papel natural de apoyar un desarrollo conjunto de los países magrebíes, asegurando, sobre todo, la libre circulación de personas, capitales, bienes y servicios entre sus cinco países”.
“El futuro de nuestra nación árabe sigue supeditado al establecimiento de una visión estratégica común y a la existencia de una sincera voluntad política, que permitan consolidar su unidad y reforzar sus filas, para servir los intereses comunes de nuestros pueblos y realizar sus ambiciones de alcanzar un mayor entendimiento, comunicación y complementariedad entre sus componentes”.
Por ello, “nuestro capital humano, principalmente, la juventud árabe, debe gozar de un cuidado particular, abriendo ante la misma los horizontes de la formación y cualificación, y dotándola, sobre todo, de los medios e instrumentos modernos de educación y formación, así como permitiéndole mayores oportunidades de empleo en los diferentes ámbitos, del modo que la habilite a participar en la vida política y en la integración económica y social”.
En efecto, “la preparación y capacitación de una juventud consciente y responsable, verdadera riqueza de nuestros países, es la vía más idónea para fortalecer su posición y poder defender sus decisivas causas, erigiéndose en actor influyente en su entorno regional e internacional”, concluye.