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Zakariae Alem
Las ciudades españoles se preparan para presentar sus candidaturas a ser sedes del Mundial 2030, que se celebrará en Marruecos, España y Portugal. Málaga, una de las presuntas candidatas, pretende renovar el estadio de La Rosaleda, pero no para de encontrar dificultades.
Para ser sede del Mundial centenario, se ha decidido renovar el estadio de La Rosaleda con una inversión entre 70 y 110 millones de euros al principio. Sin embargo, los costes de la remodelación no paran de aumentar.
Según ‘Málaga Hoy’, los estudios más recientes indican que el proyecto costará hasta 260 millones de euros, una cifra lejos del alcance de los propietarios de La Rosaleda: Ayuntamiento, Diputación de Málaga y Junta de Andalucía.
“La ampliación de las gradas irán con un anillo superior. Se modernizarán las instalaciones para los medios de comunicación. Los datos sobre los costes son de 120-130 millones de euros, aproximadamente. Una vez que salga el concurso dependerá de la calidad de los materiales, de que suban los precios… Si se mete el hotel y demás equipamiento que hemos hablado se puede llegar a los 200 millones de euros de inversión”, dijo Francisco Salado, presidente de la Diputación hace un mes.
La solución más fiable en una situación similar es buscar un capital que ayude en la financiación de este proyecto. En el caso de encontrarlo, surgiría otro problema: la explotación en el futuro, algo que debe ser negociado desde cero con el nuevo inversor.
“Las instituciones asumimos un tercio cada una y por eso queremos buscar ese partner a raíz de los valores añadidos que le podamos dar a aquella zona para que contribuyan a bajar nuestra aportación”, añadió Francisco Salado.
Por otro lado, La Rosaleda puede decir adiós al sueño de tener acceso al metro en el mismo estadio. Se trata de “una obra que de planificación, de proyectos y de estudios lleva un montón de años, ahí tienen los que se han hecho”, dijo Trinidad Hernández, concejala de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga, el lunes pasado en Comisión de Pleno.
De esta forma, los pasos de la ciudad de Málaga, tal como Valencia y otras grandes ciudades, parecen ser lentos y tropezados. Estos tropiezos ponen más difícil realizar el sueño de ser ciudades mundialistas en 2030.