Rue20 Español/Rabat
Zakariae Alem
Xabi Alonso hizo lo que parecía ser un milagro al inicio de temporada: arrebatar el título de la Bundesliga al Bayern de Múnich, tras ganar al Werder Bremen (5-0) en la jornada 29.
El Bayer Leverkusen saca 16 puntos de ventaja al club bávaro y al VfB Stuttgart, cuando solo quedan cinco partidos, o sea, 15 puntos. No es un sueño, es la realidad matemática. Es más, se trata del primer título de la liga alemana para el club, que lo había intentado una y otra vez.
El resultado abultado no refleja las dificultades que podía enfrentar el equipo. Tras el gol de Victor Boniface de penalti en el minuto 25’, se resistió el segundo tanto hasta el minuto 60, cuando Granit Xhaka pudo descifrar el código de la defensa del Bremen. Luego, empezó el festival del suplente Florian Wirtz, que marcó un ‘Hattrick’. Amine Adli jugó como titular antes de abandonar el partido en el inicio de la segunda parte, dejando su sitio al goleador del día, Wirtz.
El técnico español, Xabi Alonso, sin duda es el verdadero héroe de la afición del Leverkusen. Ha montado un equipo sólido, con una filosofía de juego bien definida, a base de la posesión y del juego alegre y divertido, tanto para sus jugadores como para los espectadores.
La afición del equipo tiene malos recuerdos con los momentos decisivos en el fútbol. Por ejemplo, seguro que muchos aficionados recuerdan en este momento la temporada 2001/2002, cuando perdieron los títulos de la liga, la copa y la Champions en muy pocos días. Seguro que lo recuerdan diciendo: “Nos lo merecemos, la vida nos debía una”.
Tras marcar el quinto gol en el descuento del partido, con el resultado más que definitivo, la afición no soportó sus emociones y entró a festejar el gol, ¡no!, ¡el título!, con Wirtz y sus compañeros. Muchos, para no decir la mayoría, lo hicieron con lágrimas, lágrimas que reflejaban la acumulación de tantos y tantos años de espera, de sufrir la injusticia del fútbol.
El Bayer Leverkusen lo merece, su afición lo merece, los jugadores lo merecen, Xabi Alonso lo merece y, claro, Amine Adli lo merece. Es hora de festejarlo por todo lo alto.