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El Abbas Tahri Joutey Hassani
La relación entre Marruecos y la Unión Europea [UE] se encuentra en un momento crítico tras las recientes conclusiones de la abogada general Tamara Capeta sobre los acuerdos de pesca y agricultura; mientras que el dictamen favorece en gran medida la posición marroquí en el acuerdo agrícola, plantea serios desafíos para la renovación del acuerdo pesquero.
En este contexto, ambas partes se enfrentan a la necesidad de redefinir los términos de su asociación estratégica; teniendo en cuenta los intereses mutuos y los retos geopolíticos actuales.
La observación de Capeta, respecto a las aguas del Sáhara marroquí, plantea un desafío significativo para la renovación del acuerdo pesquero, que expiró en julio de 2023.
Sin embargo, la abogada general sugiere «mantener los efectos de la decisión impugnada durante un período razonable que no exceda de dos años a partir de la sentencia en el presente caso, con el fin de acordar con el Reino de Marruecos las modificaciones necesarias del acuerdo en el ámbito de la pesca sostenible».
Ante estas conclusiones, el portavoz del gobierno marroquí, Mustapha Baïtas, subrayó que «la Unión Europea debe asumir todas sus responsabilidades para preservar la asociación con el Reino y protegerla de todas las provocaciones y maniobras políticas».
Baïtas mencionó la necesidad de una «asociación más avanzada»; ya que el régimen actual «ya no es adecuado».
«El objetivo de Marruecos es crear un valor añadido real», explicó.
Mohamed-Badine El Yattioui, profesor investigador de Estudios Estratégicos, advirtió que «en caso de que el Tribunal corrobore la anulación de los acuerdos agrícolas y pesqueros, se provocaría una crisis diplomática y comercial de consecuencias bastante graves entre Marruecos y la Unión Europea, dado que el Reino no podría aceptar un acuerdo aislando el territorio del Sáhara», tal como recoge Atalayar.
«Nos encaminaríamos hacia una crisis, en mi opinión, bastante grave, sabiendo que la UE es el primer proveedor y el primer cliente de Marruecos», añadió El Yattioui.
No obstante, el analista también destacó que «las valoraciones de la abogada general refuerzan las posiciones de Marruecos» y son «desfavorables al ‘Polisario’, ya que niega su capacidad de representar a las poblaciones del Sáhara marroquí».
Marruecos y la Unión Europea cuentan con una larga experiencia en materia de asociación económica, que se remonta al acuerdo de cooperación firmado en 1996.
A lo largo de las décadas, ambas partes han enfrentado diversos obstáculos, como la anulación temporal de los acuerdos en 2015 y 2021.
Según El Yattioui, «ambas partes tienen interés en que los acuerdos se renueven en condiciones mutuamente ventajosas, dada la interdependencia de sus economías y la importancia de su asociación comercial».
Además, destaca la «necesidad urgente» de la Unión Europea de garantizar su seguridad alimentaria en el contexto actual.
«Marruecos y la UE necesitan un acuerdo comercial sólido», insiste El Yattioui, reconociendo las divisiones existentes entre la Justicia europea y los Estados miembros de la UE respecto a la marroquinidad del Sáhara.
La relación entre el Reino de Marruecos y la Unión Europea se encuentra en una encrucijada crucial.
Mientras que las conclusiones de la abogada general refuerzan la posición marroquí en el acuerdo agrícola, plantean desafíos significativos para la renovación del acuerdo pesquero.
Ambas partes deben abordar estos retos con pragmatismo y visión estratégica; reconociendo la importancia de su asociación económica y geopolítica.
La redefinición de los términos de esta asociación será clave para preservar los intereses mutuos y fortalecer la cooperación en un entorno global cada vez más complejo.
