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El Abbas Tahri Joutey Hassani
Marruecos está consolidando su posición como uno de los principales e imprescindibles exportadores mundiales de tomate.
Según revela un reciente informe elaborado por la consultora Hortoinfo, desde 2017, «Marruecos ha logrado triplicar los volúmenes exportados de tomate respecto a la región española de Almería, que tradicionalmente lideraba este mercado».
Los datos analizados entre 2013 y 2022 muestran un claro cambio de tendencia, tal como señala el estudio.
Hasta 2017, Almería encabezaba las ventas externas de tomate con casi 560 millones de kilos frente a los 429 millones de Marruecos, precisa dicho informe.
Sin embargo, ese año el Reino de Marruecos superó a la provincia andaluza exportando 580 millones de kilos, inaugurando un creciente liderazgo que se ha consolidado en la actualidad con más de 1.000 millones de kilos frente a los 387 millones de Almería.
Esta evolución se explica, en parte, por la mayor estabilidad de la producción marroquí.
Mientras la superficie cultivada se ha mantenido en torno a 15.000 hectáreas, generando cada año más de 1.300 millones de kilos, en Almería los datos han registrado una tendencia a la baja tanto en hectáreas como en volumen de cosecha.
Gracias a su potencial agrícola y a la apuesta por la modernización del sector, Marruecos se ha erigido como principal proveedor de tomate del mundo.
Un éxito que sienta las bases para afianzar su liderazgo en las próximas décadas, consolidando el dinamismo de su agricultura mediterránea.
En definitiva, este análisis pone de manifiesto el sólido liderazgo alcanzado por Marruecos en la exportación de tomate a nivel global.
Su capacidad para mantener una producción estable gracias a condiciones agrícolas favorables y a la apuesta por la modernización, contrasta con la tendencia declinante de Almería.
Este cambio en el panorama refleja la consolidación del Reino de Marruecos como principal potencia hortofrutícola en el mercado internacional.
Un posicionamiento que, de continuar la buena gestión del sector y la apuesta por la innovación y la sostenibilidad, augura un futuro prometedor para el campo marroquí y su contribución a la seguridad alimentaria mundial en las próximas décadas.