Rue20 Español/ Fez
Walid El Moumen
Mientras la última visita del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a Marruecos se percibe con optimismo entre los dos vecinos que comparten mucho en comun, otro país fronterizo con el Reino (Argelia) la considera como una repercusión y una continuación de la obstinación del país ibérico. Desde una perspectiva argelina, la reiteración de Sánchez en el apoyo del plan de autonomía marroquí para el Sáhara es otro impulso que profundiza la brecha existente entre Madrid y Argel.
Argelia, que suspendió sus relaciones diplomáticas con Marruecos en verano de 2021, busca aprovechar cualquier ocasión para obtener ventajas sobre el Reino de Marruecos. Sin embargo, la maniobra de devolver su embajador a España, en condición de que Madrid retire su respaldo a la fórmula marroquí, ya no fue bien planificada, o bien dicho, ¡todo le salió rana! Una derrota diplomática que no tiene ningún sentido. ¿Por qué ha suspendido sus relaciones con Madrid y las ha recuperado de forma gratuita?
Todo esto muestra que el liderazgo argelino no tiene nada que ver con el mundo diplomático; es que ni siquiera parece entender las reglas básicas de las relaciones internacionales y cómo se gestionan los intereses estratégicos. La herida argelina esta vez está muy profunda y difícil de coser, sobre todo con los proyectos que Rabat puso en boca de España. A través de ellos, el Reino saldrá adelante. El gasoducto Nigeria-Marruecos, por ejemplo, revolucionará la fachada atlántica, que, desde ahora, se está preparando para irradiarse tanto regional como internacionalmente. Este proyecto, según “elEconomista”, choca frontalmente con los intereses argelinos.
Argelia interpreta que Pedro Sánchez ha ido «aún más lejos en su apoyo a Marruecos» en relación con el Sáhara, lo que podría afectar las relaciones con Argelia, según el periódico español. Pero, al parecer, estas relaciones ya estaban afectadas desde el primer día en que Argel decidió normalizar sus relaciones con el vecino norteño. Esto se manifiesta en el aplazamiento del viaje del ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, hace pocas semanas antes.
Asimismo, se materializa en la advertencia del Ministerio de Asuntos Exteriores de España a sus ciudadanos sobre los riesgos de seguridad que podrían enfrentarse en la zona de los campamentos de Tinduf (Argelia). Pero el gran golpe asestado a los militares es la visita inesperada de Sánchez y su reiteración (autonomía…), con la que concluyó su rueda de prensa en Rabat.
Todos estos datos afirman que las relaciones hispano-argelinas ya no están en su modo normal. Hay una brecha que nunca será cerrada hasta que Argelia acepte la realidad de que España no va a cambiar su posición adoptada desde marzo de 2022 en cuanto a la cuestión del Sahara marroquí. El propio elEconomista ya reconoció que la visita de Sánchez y el comunicado emitido por la Casa Real ya generaron malestar en el Palacio del Mouradia, o bien dicho con la metáfora del futbol, ya dispersaron los papeles de Argelia de Abelmadjid Tebboune.
Es importante recordar que Sánchez, a diferencia del año pasado, fue recibido con calidez en el Palacio Real. Este gesto, que no ocurrió durante su visita de alto nivel el año anterior, se debió a la ausencia del rey, quien se encontraba fuera del país en aquel momento.