Rue20 Español/ Bamako
Walid EL Moumen
El primer ministro de Mali, Choguel Kokalla Maïga, reafirmó, durante su discurso ante los representantes de los partidos políticos y la sociedad civil en la capital Bamako, que los funcionarios argelinos no son bienvenidos en el país saheliano.
Esta declaración surge tras la recepción, el pasado fin de semana, del presidente argelino al imán Mahmoud Dicko, a quien Bamako acusa de respaldar los movimientos separatistas armados en el norte del país. Además, se destaca la preocupación por las maniobras militares argelinas cerca de la frontera de Mali.
Maïga afirmó que a las autoridades argelinas se les prohíbe la entrada a Malí, y esta medida se recordará mientras sea necesario.
Malí considera irreversible su retirada del Acuerdo de Argel firmado en 2015, alegando que el acuerdo es inútil. Es que Argel ni siquiera quiere poner fin de sus hostilidades y de sembrar la sedición en la región.
El primer ministro maliense subrayó que la decisión de retirarse del acuerdo se tomó el 25 de enero de 2024 con responsabilidad, de manera cuidadosa y patriótica, destacando que surgió de varias observaciones, entre ellas «la mala fe de algunos de los movimientos firmantes, principalmente reunidos dentro de la Coordinación de Movimientos de Azawad, que cometieron actos subversivos y provocadores».
La retirada se considera una consecuencia lógica de la falta de resultados y la hostilidad de Argelia, incluyendo la recepción de ciudadanos malienses implicados en actos de sabotaje sin consulta ni notificación previa.
Maïga aseguró que, a pesar de las tensiones entre los dos países fronterizos, el pueblo maliense todavía mantiene relaciones fraternales con el pueblo argelino, reforzadas por el apoyo de los malienses durante la guerra de independencia de Argelia.