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El Abbas Tahri Joutey Hassani
El sector agrario español lleva años reivindicando mejores condiciones para poder competir en igualdad de condiciones con otros países productores.
Uno de los países que se señalan como ejemplo a seguir es el Reino de Marruecos, según afirma Luis Cortés, coordinador estatal de Unión de Uniones, en el medio español Hoy.
«Tenemos que reivindicar que queremos producir como Marruecos, porque ellos sí pueden producir y nosotros no», señala Cortés tras la manifestación de tractores y agricultores en Madrid la semana pasada.
Marruecos se ha convertido en los últimos años en uno de los principales exportadores agrícolas del mundo, especialmente de frutas y hortalizas.
Cultivos como los cítricos, las fresas o los tomates marroquíes se han ganado un hueco en los mercados internacionales gracias a su calidad y precios competitivos.
Esta eficiencia productiva se debe en parte a las grandes inversiones realizadas por el Estado marroquí en infraestructuras de regadío, acceso a maquinaria y asistencia técnica a los agricultores.
Esto ha permitido aumentar notablemente la productividad de la agricultura marroquí en los últimos lustros.
Además, Marruecos ha apostado por cultivos de alto valor añadido para Europa y cuenta con una ventaja comparativa en costes salariales.
Esto, junto a los acuerdos comerciales con la UE, han hecho del sector agrícola uno de los motores económicos del país norteafricano.
Para Luis Cortés, el modelo marroquí debería servir de ejemplo a las autoridades españolas para impulsar la competitividad del campo español.
«Un sector que», denuncia, «no dispone actualmente de los medios necesarios para competir en igualdad de condiciones con terceros países como Marruecos».
Marruecos ha demostrado en las últimas décadas que es posible convertir la agricultura en una potente industria exportadora, generando prosperidad para sus campesinos y crecimiento económico para el conjunto del país.
Gracias a las acertadas políticas implementadas y al esfuerzo de sus agricultores, el sector primario marroquí es, hoy día, un referente de eficiencia y competitividad internacional.
Su experiencia debería servir de lección para otros países que, como España, buscan modernizar su agricultura y hacerla sostenible de cara al futuro.
En suma, el camino marroquí muestra que, con la inversión y el apoyo adecuados, la tierra puede seguir siendo fuente de vida y motor económico incluso en contextos adversos.