Rue20 Español/ Fez
Walid El Moumen
Los fracasos del régimen militar en Argelia se han vuelto incontrolables. Su política basada en la hostilidad hacia Marruecos lo desacredita y lo debilita tanto a nivel regional como internacional.
En realidad, Argelia no merece lo que le está sucediendo desde la llegada de Abdelmadjid Tebboune al trono del Mouradia. Junto con Said Chengriha, guían el país hacia un paradero desconocido. Y cualquier fracaso, le atribuyen a Marruecos.
Los responsables argelinos creen que están involucrados en una guerra fría muy similar a la que presenciaba el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Una guerra donde Argelia es la Unión Soviética, pero sin influencia, ni alianzas.
Argelia sigue falsificando las realidades para iluminar su cara. Sin embargo, los que esclarecen la verdad, ya saben que la diplomacia del país vecino ya está en declive constante desde hace mucho tiempo. El vecino oriental se ve aislado más que nunca, sobre todo después de la respuesta positiva de los países del Sahel a la iniciativa atlántica de SM el Rey Mohammed VI.
Incluso su relación con España ya no es como la están promocionando en sus canales estatales. Seguramente existe un error por detrás de lo que es desvelado ante todos. Y el aplazo de la visita del jefe de la diplomacia español, José Manuel Albarés, es una prueba de esta suposición.
Además, la advertencia del Ministerio de Asuntos Exteriores de España a sus ciudadanos sobre los riesgos de seguridad que podrían enfrentarse en la zona de los campamentos de Tinduf (Argelia), profundiza e impulsa lo citado arriba.
Entre Argelia y España hay una brecha que nunca será cerrada, hasta que Argelia acepte la realidad de que España no va a cambiar su posición adoptada desde marzo de 2022, en cuanto a la cuestión del Sahara marroquí.
A pesar de la normalización de las relaciones entre los dos Estados, Argelia parece que no está satisfecha de la situación. La prosperidad de las relaciones bilaterales entre Marruecos y el país ibérico plantean un problema para Argelia de Tebboune. Es que ya sabe que detrás de este acercamiento, el gobierno liderado por el presidente socialista, Pedro Sánchez, sigue apoyando y considerando que la fórmula de Marruecos para el Sáhara es “la base más seria y creíble para solucionar el conflicto”.
La incapacidad diplomática de los militares los llevó a seguir los pasos de Rabat. Mientras Marruecos innova y crea, Argelia tiende a copiar y pegar.
Marruecos abre el paso a los países del Sahel para revolucionar su fachada atlántica, en marco de una cooperación de «Ganar-Ganar». Argelia contrarresta de manera absurda, y anuncia una zona de libre comercio con los mismos países que han dado su visto bueno a la iniciativa del Rey Mohammed VI.
Algo que es considerable vergonzoso y no tiene nada que ver con la competividad leal.
Pero, todo esto es resultado de un informe de seguridad presentado por el Servicio de Inteligencia de Argelia al jefe del Estado Mayor del Ejército argelino y al Consejo Presidencial, advirtiéndoles sobre los éxitos logrados por la diplomacia marroquí en la región de Mena y el Sahel.
Como conclusión, se puede considerar que el régimen argelino está de pie gracias a Marruecos. Su permanencia depende de la hostilidad y el contrarresto del Reino jerifiano. Todos los movimientos de Argelia son consecuencia de lo que ha hecho Marruecos.
El pueblo argelino debería reflexionar cuidadosamente antes de elegir al próximo presidente, ya que el país que experimentó el liderazgo de presidentes como Ahmed Ben Bella y el carismático Houari Boumédiène no merecen tipo de presidentes como Tebboune. A pesar de las intensas hostilidades que existieron en aquel momento entre estos presidentes y Marruecos, nunca han llegado a este revés.
