Rue20 Español/Tánger
El Abbas Tahri Joutey Hassani
El viejo sueño de unir las orillas africana y europea a través del Estrecho de Gibraltar, mediante una conexión fija, parece estar cada vez más cerca de hacerse realidad; tras décadas de estudios y propuestas, el proyecto de un túnel submarino entre Marruecos y España ha vuelto a cobrar impulso recientemente, con el reinicio del diálogo bilateral y la reactivación de los trabajos técnicos.
Después de la resolución de la crisis diplomática que enfrentó a Marruecos y España en mayo de 2021, un viejo proyecto ha vuelto a estar sobre la mesa política; se trata, justamente, del proyecto de construcción de un túnel submarino que una Tánger con Punta Paloma, en el estrecho de Gibraltar, tal y como precisa el diario local «𝑀𝑎𝑟𝑜𝑐 𝐷𝑖𝑝𝑙𝑜𝑚𝑎𝑡𝑖𝑞𝑢𝑒».
—𝑨𝒏𝒕𝒆𝒄𝒆𝒅𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔:
La idea de una conexión fija entre ambas orillas del estrecho de Gibraltar fue mencionada por primera vez en 1869 por el Consejo de Obras Públicas del Ministerio de Fomento español; pero no fue hasta 1979 cuando el proyecto tomó impulso, con la creación de dos institutos públicos de investigación, la «𝑆𝑁𝐸𝐷» [«𝑆𝑜𝑐𝑖é𝑡é 𝑁𝑎𝑡𝑖𝑜𝑛𝑎𝑙𝑒 𝑑’𝐸𝑡𝑢𝑑𝑒𝑠 𝑑𝑢 𝐷é𝑡𝑟𝑜𝑖𝑡»] en Marruecos, y la «SECEGSA» [«Sociedad Española de Estudios para la Comunicación Fija a través del Estrecho de Gibraltar»] en España.
En 1990, estos dos organismos concluyeron que sólo había dos opciones posibles: un «puente colgante» o un «túnel excavado».
—𝑬𝒔𝒕𝒖𝒅𝒊𝒐𝒔 𝒚 𝒆𝒙𝒑𝒆𝒓𝒊𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔:
En la década de 1990 se realizaron trabajos experimentales; finalmente, en 1995 se optó por la opción de un túnel ferroviario bajo el lecho marino.
A fin de obtener más información sobre el terreno, en la primera mitad de la década se llevaron a cabo tres trabajos experimentales: el «pozo de Bolonia» y las «excavaciones de Tarifa» en España; además del «complejo de pozos de Malabata en Marruecos».
—𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒐𝒚𝒆𝒄𝒕𝒐:
El proyecto se divide en varias fases; la primera fase consiste en construir un túnel ferroviario de vía única, unido a un túnel de servicio de menor diámetro. De conformidad con los documentos presentados por SECEGSA, la longitud total del túnel será de 38,7 km, de los cuales 27,7 km estarán bajo el agua; la profundidad máxima del túnel será de 475 m.
La segunda fase prevé la construcción de un segundo túnel ferroviario, en función de las necesidades; el proyecto pretende asegurar el transporte de personas y mercancías entre las dos terminales situadas a 42 km de distancia, en Tánger y Punta Paloma.
El transporte se realizaría mediante trenes lanzadera para coches y autobuses; también están previstos trenes lanzadera para camiones. El túnel también podría ser utilizado por trenes regulares de pasajeros y mercancías.
—𝑫𝒆𝒔𝒂𝒇í𝒐𝒔:
A pesar del consenso alcanzado hace casi tres décadas sobre la viabilidad de un túnel submarino, el proyecto sigue siendo un reto monumental; además de los avances realizados en la recopilación de datos oceanográficos y los primeros experimentos, el proyecto aún debe superar numerosos obstáculos económicos, políticos y técnicos.
—𝑹𝒆𝒖𝒏𝒊ó𝒏 𝒃𝒊𝒍𝒂𝒕𝒆𝒓𝒂𝒍:
El pasado mes de junio, el ministro de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, se reunió con la ministra española de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez Jiménez, para debatir el desarrollo de las relaciones bilaterales en materia de infraestructuras y transportes; en el encuentro se puso de manifiesto el avance del proyecto.
La conexión fija a través del Estrecho de Gibraltar se ha reactivado con la reactivación de la Comisión Mixta y la firma del acuerdo de cooperación bilateral. Parece que este acuerdo permitirá unir Europa y África.
En resumen, el proyecto del túnel submarino entre Marruecos y España ha entrado en una nueva fase tras superar la crisis diplomática del año pasado; por tanto, los avances técnicos realizados, el acuerdo bilateral y la voluntad política expresada por ambos países parecen acercar cada vez más la concreción de esta gran obra de ingeniería que permitiría unir por tierra el continente europeo con África a través del Estrecho.
Aunque todavía quedan desafíos por delante, sobre todo de índole económica y técnica, esta ambiciosa iniciativa podría finalmente materializarse en la próxima década si se mantienen los esfuerzos por parte de ambos Reinos mediterráneos: Marruecos y España.