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El Abbas Tahri Joutey Hassani
Marruecos está ganando peso como socio comercial de España; conforme a los últimos datos de la Secretaría de Estado de Comercio, en los primeros 11 meses de 2023 las importaciones españolas desde Marruecos alcanzaron los 8.334,7 millones de euros, comprendiendo un crecimiento interanual del 2,9 % que contrasta con la caída generalizada del 6,8 % con el resto de países.
Este buen desempeño sitúa a Marruecos como el principal proveedor de España en África, y el tercero a nivel mundial, excluyendo a la Unión Europea, por detrás de China y Estados Unidos, afirma el periódico español «𝑇𝘩𝑒 𝑂𝑏𝑗𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑒».
De hecho, en un año Marruecos ha escalado 11 puestos en el 𝑟𝑎𝑛𝑘𝑖𝑛𝑔 de orígenes de las importaciones españolas, situándose actualmente en el undécimo lugar.
Si se analizan los datos acumulados entre enero y noviembre, Marruecos [8.334,7 millones] está ya muy cerca de superar a Turquía [8.403,8 millones] en dicho 𝑟𝑎𝑛𝑘𝑖𝑛𝑔; tan sólo les separan 70 millones de euros, cuando hace un año la distancia era de 760 millones a favor de Turquía.
Todo apunta a que en 2023 o a comienzos de 2024 Marruecos podría arrebatarle la décima plaza a su competidor mediterráneo.
Este acercamiento comercial se produce en paralelo al giro político de España respecto al diferendo del Sáhara marroquí, que ahora respalda abiertamente la postura marroquí; de modo que, tras varias reuniones bilaterales a alto nivel, en 2022 se estableció una «nueva etapa» en las relaciones que ya está dando sus frutos económicos.
A propósito, el comercio total hispano-marroquí podría volver a batir en 2023 su récord histórico del año pasado; que superó los 20.000 millones de euros.
Los sectores más beneficiados por el aumento de las importaciones españolas desde Marruecos son las frutas y hortalizas, dada la crisis de precios que sufre el campo español.
No obstante, históricamente también son relevantes los envíos de aparatos eléctricos, pescado, confección y componentes del automóvil; el Gobierno español confía en que la nueva etapa permita profundizar los lazos económicos y posicionar a España como un inversor clave en su milenario vecino del sur.
Para concluir, se puede confirmar que la consolidación de Marruecos como tercer proveedor de España más allá de nuestras fronteras comunitarias demuestra el acierto de la nueva estrategia seguida por ambos Gobierno —marroquí y español— de estrechar los lazos diplomáticos; apostando por una relación sólida basada en el respeto mutuo.
En absoluto, esta aproximación política ya está derivando en beneficios tangibles para la economía española a través del dinamismo creciente del intercambio comercial bilateral; de mantenerse esta tendencia en los próximos años, España logrará diversificar sus fuentes de abastecimiento y aprovechará mejor las oportunidades que ofrece el mercado marroquí, reforzando así su posición como socio preferente de un país socio y vecino de gran relevancia estratégica para sus intereses en el Mediterráneo y el norte de África.
