Rue20 Español/Larache
El Abbas Tahri Joutey Hassani
Un importante hallazgo arqueológico, realizado recientemente en Marruecos, está aportando nueva luz sobre los primeros pobladores humanos del norte de África; a cuyo efecto un equipo internacional de investigadores —entre ellos marroquíes, españoles y franceses— acaba de publicar el descubrimiento de 85 huellas humanas fosilizadas con unos 100.000 años de antigüedad en Larache, al norte de Marruecos. Se trata de las improntas más antiguas encontradas hasta la fecha en esta región.
Las huellas, que pertenecen al menos a cinco individuos de diferentes edades —niños, adolescentes y adultos— fueron localizadas a pocos cientos de metros sobre el nivel actual del mar, distribuidas a lo largo de unos 2.800 metros cuadrados, tal y como confirma el diario mexicano «𝐶𝑎𝑚𝑏𝑖𝑜 22»; su perfecta conservación se debe a una rápida cobertura sedimentaria durante una fase de baja mare y oleaje manso, lo que las protegió de la erosión.
De acuerdo con el investigador principal del proyecto, Mouncef Sedrati, de la Universidad de Bretagne Sud, las pisadas se orientan principalmente hacia la línea de costa, lo que sugiere que los primeros pobladores de la zona se abastecían de recursos marinos.
«Este descubrimiento nos aporta pistas valiosas sobre el modo de vida de nuestros ancestros en el Paleolítico Superior», señala el arqueólogo marroquí.
El yacimiento, que carecía hasta ahora de otros restos arqueológicos, fue publicado recientemente en la revista «𝑁𝑎𝑡𝑢𝑟𝑒»; presentándose como un enclave clave para dilucidar la presencia humana en el norte de África hace unos 100.000 años.
De conformidad con Sedrati, es vital su conservación pese a la amenaza que supone el ascenso del nivel del mar; además, afirma que otros hallazgos podrían emerger a medida que los sedimentos sigan erosionándose.
Este descubrimiento llega para enriquecer nuestros conocimientos sobre los primeros pobladores de África y su evolución; las huellas de Larache aportan valiosos detalles sobre su vida cotidiana y la explotación de recursos marinos, dejando entrever cómo era su día a día hace 100.000 años.
Este impactante descubrimiento, realizado en suelo marroquí, pone de manifiesto que este país del norte de África fue testigo de algunos de los momentos más remotos de la historia de la humanidad; de modo que las huellas halladas en Lixus evidencian la presencia del 𝘩𝑜𝑚𝑜 𝑠𝑎𝑝𝑖𝑒𝑛𝑠 en esta región marroquí desde hace 100.000 años, lo que sitúa las raíces de la nación marroquí entre las más longevas del mundo.
A pesar de que Marruecos tan sólo se constituyó como Reino en el siglo XVI bajo el mandato de la dinastía alauí, la historia de sus territorios se remonta a épocas inconmensurablemente más antiguas, como demuestra este valioso yacimiento arqueológico; su estratégica situación geográfica, entre África y Europa, la convirtió desde tiempos prehistóricos en escenario de la evolución humana. El Reino alauí de Marruecos se erige así sobre cimientos milenarios que perduran casi intactos desde las eras más remotas.