Rue20 Español/ Mohammadia
Toufiq Slimani
La Copa Africana arrancó ayer sábado por la noche con una partido inaugural poco atractivo entre Costa de Marfil y Guinea Bisáu para dar el pistolazo de salida de esta competición continental. Nuestras miradas desde Marruecos están dirigidas al estadio de San Pedro de cara al partido inaugural entre Marruecos y Tanzania. El primer partido será decisivo en la carrera de los Leones del Atlas en esta edición.
El factor más importante para conquistar esta Copa es reactivar «la buena fe» (ديروا النية), como decía el seleccionador nacional, Walid Regragui, antes, durante y después del Mundial de Catar. La buena fe fue la clave del éxito de la selección marroquí en el Mundial de Qatar en 2022. La buena fe, la voluntad y las buenas intenciones forman parte del legado de la sociedad y la familia marroquí. La familia desempeñó un rol muy importante en la gesta del Mundial de Catar. La madre es la base de la buena fe.
En realidad, Walid Regragui se dio con la tecla y la receta mágica. Teníamos buenos y grandes jugadores antes del Mundial de Catar, pero nos faltaba la receta mágica. Walid supo cocinar a fuego lento la buena fe. Esperamos que la buena fe vuelva a ser el motor de la selección marroquí en Costa de Marfil.
Marruecos es el candidato favorito para conquistar la Copa Africana por su gran gesta en el Mundial de Qatar, por su llegada a las semifinales del mundial, por la calidad especial de sus jugadores y por el apoyo de la sociedad y la Federación a los pupilos de Regragui. Pero la Copa Africana se escribe, como es sabido, con la letra pequeña. Esta letra será importante. La Copa Africana está llena de incógnitas. El fútbol africano tiene su lógica y propio ritmo.
Al volver la vista atrás y mirar a la historia palpamos lo difícil que es jugar en la África subsahariana. En 48 años, la selección marroquí no pudo levantar el trofeo africano desde 1976. Para ganar, Walid Regragui tiene que consolidar su magia en Costa de Marfil. Ganar el compromiso de los jugadores para sobreponerse cuando las cosas no vayan bien. Regragui es un gran conocedor de África y sus campos. Walid Regragui participó en la Copa de África como jugador, miembro de cuerpo técnico, técnico de club y seleccionador. Una larga experiencia.
Marruecos representaba el fútbol de combinación y del buen juego, en frente al juego físico, agresivo, de contraataque de las selecciones africananas. Marruecos tiene un estilo de posesión, dominio y ataque por la calidad de sus jugadores formados en las escuelas españolas, francesas, holandesas y belgas.
Pero nos faltaba algo. Ahora lo tenemos. Walid Regragui dotó a la selección de algo especial: el estilo de Simeone. Un estilo de Diego Simeone, técnico del Atlético de Madrid, a la marroquí. Un estilo híbrido que compagina entre la combinación marroquí y el sistema de Simeone.
Walid Regragui no jugó más tiempo en defensa en el Mundial de Qatar. Hubo partidos en que prefirió jugar más tiempo en la cancha rival. En África, Marruecos es la selección que se identifica más con el estilo de Cruyff que de Simeone, del Barça que del Atlético de Madrid por la calidad individual de sus jugadores.
Walid tiene que tocar con las teclas adecuadas para levantar la Copa Africana por segunda vez en la historia de Marruecos. Todos queremos levantar la Copa. Sin embargo, lo más importante es ganar a partir del próximo miércoles. Una selección en racha y con las ideas claras en todas las posiciones está invitada a competir y ganar.
