Rue20 Español/ Mohammadia
Toufiq Slimani
Marruecos ha mejorado su proyección geopolítica en los últimos seis años, precisamente desde su regreso a la Unión Africana en enero de 2017. Una proyección que se aceleró desde noviembre de 2020 cuando las Fuerzas Armadas recuperaron el Paso del Guerguerat. Una proyección que culminó con el reconocimiento de Estados Unidos de la marroquinidad del Sáhara el 10 de diciembre de 2020. La decisión del Gobierno español, en marzo de 2022, de respaldar el Plan de Autonomía para el Sáhara se enmarca en este contexto del regreso de la geopolítica a imponer su lógica.
Si la geopolítica ha desaparecido prácticamente de la política exterior de la Comunidad Internacional durante décadas, como decía el analista Victor Pou, la acción política de Marruecos nunca ha dejado de usar y de contar con la geopolítica. La geopolítica ha vuelto, como subrayó Robert D. Kaplan, para quedarse durante años o décadas. El interés por el mapa no es ninguna novedad en Marruecos. El difunto exministro y analista español, Josep Piqué, decía que para entender el mundo «hay que leer Historia y mirar los mapas». Algo necesario para los marroquíes para que sigan dando paso por delante. Un paso que arrancó en enero de 2017 y que permitió al Reino marcar dinámicas geopolíticas en África, América, América del Norte, Europa y Asia.
El conflicto del Sáhara seguirá acaparando la atención de la diplomacia marroquí en 2024, seguirá siendo la prioridad prioritaria para la diplomacia marroquí, pero no la única prioridad de los actores internacionales. Las grandes potencias tienen sus propios cálculos e intereses.
La cuestión del Sáhara estará presente fuertemente en la agenda regional, mundial y de Occidente en 2024 por el aumento de los conflictos, la inseguridad, e inestabilidad en la región del Sahel y por el aumento de la influencia de Rusia, China, Turquía e Irán en África, el Magreb y América Latina.
«Estados Unidos observa también con preocupación la influencia china en África y América latina», afirmó el último Anuario Internacional CIDOB 2023.
2024 podría ser un nuevo punto de inflexión en la geopolítica del conflicto del Sáhara como lo fueron los años 2017, 2020 y 2022. El fuerte músculo geopolítico de Marruecos en los últimos años se va a reforzar en 2024, salvo sorpresas grandes que no estarían relacionadas con la Política Exterior marroquí sino con las destacadas fechas que marcarán la agenda internacional y regional en 2024. La diplomacia marroquí debe caminar por un estrecho sendero. Hay mucho en juego este año.
En el plano geopolítico este año podría tener un gran impacto sobre los intereses de Marruecos, sobre todo, la cuestión del Sáhara. 2024 es el “el año de las armas y las urnas”, como subrayó un reciente informe de CIDOB bajo título de “EL MUNDO EN 2024”, que reflexiona sobre diez temas que marcarán la agenda internacional en los próximos días, semanas y meses. En este artículo trato de reflexionar desde una perspectiva marroquí sobre los desafíos y oportunidades geopolíticos que afrontan a Marruecos en 2024.
Como dijo Josep Piqué en noviembre de 2021, «ningún país puede dar la espalda a las nuevas realidades geopolíticas». Ya sabemos que más de 4.000 millones de personas irán a las urnas en 76 países. La Unión Europea (UE), EEUU, Mauritania, Túnez, Sudáfrica, Ruanda, Chad, Portugal, India, México, Venezuela o Senegal, entre otros, van a votar este año. Casi el 51% de la población mundial está invitada a votar, sus votos tendrán, de manera u otra, un impacto directo o indirecto en los intereses de Marruecos tanto a nivel de la geopolítica global como la regional. Además de los resultados electorales, habrá algunos cambios y renovaciones en algunos organismos internacionales o regionales que influirán, de una forma u otra, en Marruecos. Amén de las conclusiones de algunas cumbres continentales como la cumbre de la UNIÓN AFRICANA o de la OTAN.
Elementos importantes
Hay elementos y fechas claves para la diplomacia marroquí en 2024. Tenemos que mover nuestras fichas de la mejor manera en un tablero de la nueva geopolítica mundial complejo y en transición.
Las relaciones bilaterales entre Marruecos y Argelia pasan por su peor momento. Hay una ruptura total. Argelia sigue apoyando al Polisario que adoptó los atentados terroristas en Esmara y Auserd en 2023. La renovación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas este año debe preocuparnos. Argelia, Guyana, la República de Corea, Sierra Leona y Eslovenia empezarán a formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU como miembros no permanentes en sustitución de Albania, Brasil, Gabón, Ghana y los Emiratos Árabes Unidos que finalizan membresía. La presencia de Argelia en el Consejo de Seguridad en sí es fuente de preocupación.
Las elecciones al Parlamento Europeo del próximo junio son de sumo interés para Marruecos. Una de las mayores incógnitas será conocer el avance de los partidos populistas y de extrema derecha, el peso de las familias tradicionales socialdemócratas y conservadoras, y las posibles alianzas que puedan surgir para la elección posterior de los principales cargos europeos, como subrayó CIDOB.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos deben preocuparnos también. Pero la decisión americana de reconocer la marroquinidad del Sáhara es una decisión de Estado y no se va a cambiar con un cambio de Gobierno. Además, una vuelta de Trump va a consolidar la marroquinidad del Sáhara. El actual presidente Joe Biden aspira a la reelección y, a falta de confirmarse la candidatura del expresidente Donald Trump, la campaña electoral se prevé muy polarizada. El calendario electoral condicionará las decisiones de Washington en política exterior, según CIDOB, pero no creo que vaya a condicionar la postura estadounidense acerca del Sáhara.
La próxima Cumbre de la OTAN en Washington debería ser seguida desde Marruecos. Se prevé la presentación de una estrategia de seguridad para el flanco sur en respuesta al mandato surgido de la cumbre de Vilna de 2023. La expansión de Rusia y China en África y el Sahel preocupa a la OTAN. La iniciativa marroquí para facilitar el acceso de los países del Sahel al Atlántico sería una buena propuesta para frenar la influencia rusa, china, turca e iraní en la región.
La próxima 79ª Sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas es muy importante para Marruecos. Se espera que siga el apoyo internacional al Plan de Autonomía para el Sáhara presentado por Marruecos en 2007.
Unas posibles elecciones presidenciales en Argelia el próximo diciembre acapararán la atención de los marroquíes. El presidente, Abdelmadjid Tebboune, previsiblemente optará por la reelección. «Argelia afronta varios desafíos de seguridad debido a la inestabilidad en el Sahel y las crecientes tensiones con Marruecos respecto al Sáhara Occidental. Además, desempeña un papel crucial como proveedor de gas para Europa, en medio de la crisis energética generada por la guerra en Ucrania», según analiza CIDOB.
Otro elemento es las elecciones presidenciales en Mauritania. El actual presidente, Mohammed Ould Ghazouani, no ha expresado una postura clara acerca del conflicto del Sáhara. Trata de satisfacer tanto a Marruecos como a Argelia. «Ould Ghazouani buscará la reelección después de cuatro años de un gobierno continuista que comenzó tras la salida del expresidente Mohammed Ould Abdelaziz en 2019, quien hoy enfrenta acusaciones de múltiples delitos de corrupción. El ganador de las elecciones deberá afrontar crecientes tensiones sociales, así como conflictos geopolíticos en toda la región», aseguró CIDOB.
De cara a la organización conjunta del Mundial de 2030 entre Marruecos, España y Portugal, las elecciones parlamentarias en Portugal son fundamentales. El país afronta elecciones anticipadas después de la crisis institucional abierta por la dimisión del primer ministro socialista António Costa. El exjefe de gobierno portugués fue objeto de una investigación judicial por presuntos delitos de corrupción que afectaron directamente a varios miembros de su gabinete, dice el mismo informe.
Las elecciones presidenciales en Senegal, en Ruanda, en Mozambique, en Ghana, en Chad, en Sudáfrica, en Túnez, y en Irán deben estar en el radar de la diplomacia marroquí.
La celebración de la Cumbre de la Unión Africana este año en Etiopía debe interesarnos. «Este año se examinarán algunos de los numerosos frentes abiertos en el continente. Estos ejemplos incluyen: la situación de inestabilidad en el Sahel, la creciente inseguridad alimentaria mundial, los desastres naturales en el continente o el retroceso democrático. Además, las tensiones entre Marruecos y Argelia serán centrales ya que ambos países aspiran a la presidencia», reflexiona CIDOB.
Atentos a América Latina
Las elecciones presidenciales previstas en 2024 en América Latina están en el radar de la diplomacia marroquí y los especialistas en los asuntos latinoamericanos. Esta región estratégica está compuesta por más de 20 países. 650 millones de personas viven en esta parte del mundo. 182 millones de latinoamericanos están invitados a votar este año en seis países.
Los resultados de estas elecciones tendrán un impacto directo en la presencia, influencia, representación y el peso de Marruecos en este continente. No es ninguno secreto que Marruecos ha logrado grandes éxitos diplomáticos en América Latina en las dos últimas décadas.
La gira del rey Mohammed VI en América Latina en diciembre de 2004 fue un punto de inflexión en la historia de las relaciones diplomáticas con los latinoamericanos. En 2004, el rey visitó Argentina, Brasil, Chile, Perú y México.
El caso de Argentina demuestra que la visita del Rey al país de Maradona, Borges, Messi y Sábato fue un gran éxito diplomático. Desde entonces Argentina se convirtió en un aliado y socio fiable de Marruecos en América Latina. El 3 de diciembre de 2004 el Rey Mohammed VI llegó a Argentina, respondiendo a una invitación del expresidente Néstor Kirchner. Fue la primera visita a Argentina de un monarca marroquí.
El Rey Mohammed VI fue acompañado en la gira de 2004 por una importante delegación que incluyó a asesores de la Casa Real, a los Ministros marroquíes de Asuntos Exteriores y de Cooperación; de Agricultura, Desarrollo Rural y Pesca; de Educación Nacional, Enseñanza Superior e Investigación Científica; de Industria, Comercio y Estabilización de la Economía, además de empresarios y representantes del sector privado, según informó en aquel entonces la presidencia Argentina.
El viaje privado del rey Mohammed VI a Cuba en abril de 2017 fue también un punto de inflexión en las relaciones diplomáticas entre Marruecos y Cuba, por una parte, y Marruecos y América Latina, por otra. El peso simbólico de Cuba en América Latina es innegable. Gracias a aquella gira, Marruecos y Cuba recuperaron sus relaciones y contactos diplomáticos tras décadas de ruptura y desencuentros.
Las elecciones presidenciales en El Salvador (4 de febrero), Panamá (5 de mayo), República Dominicana (19 de mayo), México (2 de junio), Uruguay (27 de octubre) y Venezuela (sin fecha), merecen ser seguidas y analizadas.
Las seis elecciones son importantes, sobre todo las elecciones presidenciales en El Salvador y México. Estas elecciones serían un punto de inflexión: la continuación o la ruptura con el ciclo electoral actual. En los últimos años casi siempre gana la Oposición. No hubo una reelección en los países democráticos de América Latina.
Tras su llegada a la Presidencia del El Salvador, el presidente Nayib Bukele tomó la histórica decisión de romper las relaciones diplomáticas con el Polisario y recuperar los contactos diplomáticos con Marruecos. En cuatro años los dos países abrieron sus embajadas en ambos países, y se intensificaron los intercambios de visitas.
El próximo 4 de febrero Nayib Bukele buscará ser reelecto. Si Bukele gana las elecciones, será una buena noticia para Marruecos.
Las elecciones presidenciales en México se celebrarán el próximo 2 de junio. La oficialista Claudia Sheinbaum del partido Morena es la favorita a suceder a su monitor López Obrador. Una posible victoria de la opositora Xóchitl Gálvez, del Frente Amplio por México, podría conllevar alguna novedad acerca de la postura de México respecto al Sáhara.
Además, el próximo 5 de mayo se celebrarán las elecciones presidenciales en Panamá. Las relaciones bilaterales entre Marruecos y Panamá no pasan por su mejor momento. Las relaciones bilaterales no se profundizaron ante el reconocimiento del Polisario por el Gobierno panameño.
“El problema político es que Panamá reconoce a un seudo territorio que se dice República Árabe Saharaui Democrática, creada por Argelia con fines geopolíticos, como país, y tiene una embajada aquí. Nos parece muy hostil hacia nuestra integridad territorial y también nos impide avanzar en las relaciones diplomáticas, porque no está dentro de los países reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el hecho de tener una embajada aquí es considerar los supuestos diplomáticos de esta representación como sujetos de derecho internacional cuando no los son”, según informó la embajadora marroquí en Panamá, Bouchra Boudchiche el pasado marzo.
El presidente panameño actual, Laurentino Cortizo, está fuera de la carrera presidencial por ley. Panamá no permite la reelección presidencial inmediata. Ante esta situación, el expresidente Ricardo Martinelli tiene más posibilidades de volver a la presidencia si finalmente puede presentarse. Un cambio en la presidencia sería beneficioso para Marruecos.
Marruecos y la República Dominicana mantienen unas excelentes relaciones. El actual presidente, Luis Abinader, es el candidato favorito a ganar las elecciones presidenciales del próximo 19 de mayo.
Las elecciones presidenciales previstas para el próximo octubre en Uruguay podrían ser la sorpresa por la influencia de la victoria del populista Javier Milei en Argentina. El actual presidente uruguayo, Lacalle Pou, no puede reelegirse por Ley. Uruguay sigue siendo un feudo del Polisario en América Latina.
El gobierno de Uruguay dio en 2022 señales de que aspiraba a profundizar las relaciones diplomáticas y comerciales con Marruecos, y cancelar o suspender las relaciones con el Polisario, reconocido por el Estado uruguayo en 2007, durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez, según informó en diciembre de 2022 el diario El Observador. Pero nada ha cambiado hasta el momento. Un cambio de Gobierno podría posibilitar unas relaciones importantes entre Uruguay y Marruecos.
Por otra parte, los venezolanos están invitados también a votar en los próximos meses. Todavía no hay una fecha determinada. No se espera mucho de estas elecciones. El presidente actual, Nicolás Maduro, tiene más posibilidades de ganar. La opositora María Corina Macho podría ser la candidata para arrebatarle el Poder a Maduro.
Los resultados de las seis elecciones presidenciales previstas en América Latina para 2024 tendrán de una manera u otra un impacto sobre los intereses de Marruecos en este continente. La postura de algunos de estos países acerca del conflicto del Sáhara depende mucho de los resultados electorales. Marruecos todavía no ha logrado construir una relación de Estado con algunos de estos países. Una relación que no se cambia con el cambio de los presidentes. Esta es la gran misión de los embajadores marroquíes en América Latina. Nuestra misión como periodistas es la de analizar y avisar.
Para seguir dando pasos adelante en un nuevo orden mundial turbulento y en transición, la diplomacia marroquí debe tomar estos elementos y fechas en consideración. La geopolítica regional y mundial está en un constante cambio, es difícil captar con precisión su ritmo. Por lo tanto, es necesario tener una visión pragmática y realista del mundo. Marruecos está obligado a convertir el año de las «armas y urnas» en una oportunidad.