Rue20 Espanol/ Rabat
Walid El Moumen
El reloj avanza hacia el amanecer de 2024, dejando por detrás a 2023, el año inolvidable con sus recuerdos de felicidad, emociones, esperanza, tristeza y amargura de despedida eterna.
2023 en Marruecos ha sido un año de solidaridad y fraternidad. El seísmo apocalíptico que sufrió la región del Hauz, el 8 de septiembre pasado, llevó a todos los marroquíes a unificarse y tender la mano de ayuda a sus hermanos en el huérfano Hauz.
El terremoto registró una magnitud de 6,8 con su epicentro a alrededor de 72 kilómetros de la ciudad de Marrakech. una magnitud que ha sido suficiente para sacudir a todos los marroquíes, causando así más de 2.900 muertos y más de 5.500 heridos.
Es verdad que ha sido un acontecimiento caótico que infringió un dolor insoportable tanto psíquico como físico. Sin embargo, hubo algunas semillas del bien dentro de ese laberinto melancólico.
Se trata de la movilización del pueblo marroquí, bajo el liderazgo del Rey Mohammed VI, para superar este desastre, mediante donaciones a favor de las víctimas, y un proyecto ratificado por un Dahir jerifiano, con el objetivo de reparar el daño, reconstruir y mejorar la situación de las regiones siniestradas.
Después de las primeras imágenes que se han compartido en las redes sociales, todos los marroquíes tuvieron rápidamente un solo y único corazón. Mostraron, cada uno a su manera, su solidaridad absoluta con las víctimas y sus familias.
Las filas de donantes que circularon por las televisiones del mundo tuvieron un impacto increíble, puesto que redujeron las penas y sembraron las semillas de alegría en los corazones de las víctimas.
Iniciativas que de verdad demostraron a todo el mundo que el pueblo marroquí tiene el poder de romper las barreras y superar sus límites. El pueblo marroquí está unificado a pesar de la diversidad de las etnias y lenguas.
Una proactividad con la que Marruecos ganó la compasión de todo el mundo, comprendiendo Estados, jugadores, personalidades políticas, artísticas y famosas…
El 8 de septiembre se ha convertido en un Softpower, que atrajo a mucha gente extranjera para visitar Marrakech, la ciudad ocre del Reino, y conocerla de cerca.
En realidad, el terremoto del Hauz no obstaculizó la afluencia de los turistas, sino que contribuyó a promover la imagen del país a nivel internacional. Y como consecuencia, la estadística del sector turístico en Marruecos ya superó su «pico», registrando más de 13,2 millones de llegadas de turistas.
De momento, lo que queda de ese suceso es el cumplimiento con lo que está subrayado en la agenda de la reconstrucción y la indemnización de los siniestrados. El Año Nuevo se tiene que darle la bienvenida con la perseverancia y el trabajo duro para un Marruecos acogedor, y de gran futuro.
