Rue20 Español/ Rabat
Walid El Moumen
Mientras las batallas en la Banda de Gaza se intensifican entre la Resistencia y el Tsahal, Fuerzas de Defensa de Israel, la situación en el Mar Rojo se complica y se empeora. Los chiitas hutíes ya entraron en la guerra, a través de ataques que tienen como objetivo impedir que cualquier barco comercial vinculado con Israel pasara por el estrecho de Bab Al Mandab.
“La coalición occidental encabezada por Estados Unidos para proteger buques en el Mar Rojo frente a ataques hutíes de Yemen se formará finalmente la próxima semana, y que se sumaran las Defensas de Gran Bretaña, Francia, Italia, y posiblemente España”, según informó el periódico israelí, “Yediot Aharanot”
¡Ataques pueden llevar el conflicto árabe-israelí a otro cantar!
La situación estancada en el Mar Rojo, según los expertos, puede llevar a la economía Mundial a un paradero desconocido. Dado que Marruecos es uno de los países de la región, ya no puede salir de ese círculo de futuro ambiguo.
El Reino ha sido uno de los países más afectados por la guerra de Ucrania, sobre todo, cuando se trata de precios de los hidrocarburos. Un asunto que todavía sigue siendo uno de los dilemas que busca el gobierno de Aziz Akhnnouch solucionarlo lo ante posible.
Sin embargo, la economía mundial, incluyendo la marroquí, parece que está encaminada hacia una nueva crisis, como aquella del puerto de Odessa. Rusia de Putin bloqueó, entonces, el comercio del cereal, lo que contribuyó al aumento de precios de todos los alimentos.
Ante esa complicada situación, se destacan dos preguntas importantes sobre el destino de la economía marroquí: ¿Cómo se afectaría la economía del Reino, si se estallara una guerra marítima en Bab Al-Mandab? ¿Y Qué puede ganar Marruecos si los buques desvían sus rutas hacia el Cabo de Buena Esperanza y pasan por el estrecho de Gibraltar?
Una chispa de guerra en Bab Al Mandab y el Canal de Suez significaría para la economía marroquí, retrasos y costos adicionales al desviarse hacia rutas más largas. Las empresas marroquíes que dependen del transporte marítimo para importar materias primas o exportar productos podrían enfrentar mayores costos de flete y tarifas de seguro si se adoptaría la ruta moderna del Cabo de Buena Esperanza.
Interiormente, el país presenciaría alta de precios a nivel de los hidrocarburos, un sector que afectaría por supuesto, entre otros, la alimentación, el motor principal del comercio nacional.
La solución:
En realidad, Marruecos no puede repetir el error de 2015, es decir; no puede unirse a ninguna alianza militar que cueste vidas. Así que, intentaría buscar un punto de inflexión, una oportunidad que contribuya a la prosperidad de los puertos marroquíes, tanto en la fachada atlántica como la del mediterráneo.
«Nuestro objetivo consiste en transformar la vertiente atlántica en un espacio de comunicación humana, de complementariedad económica y de radiación continental e internacional», dijo SM el Rey Mohammed VI en su recién discurso del 48 aniversario de la Marcha verde.
El estancamiento de la situación en Yemen, puede ser un pitido inicial de una nueva etapa en la historia del litoral atlántico del Reino. Dajla, Casablanca y Tánger podrían convertirse en puntos estratégicos para el trasbordo y la manipulación de carga.
Marruecos podría beneficiarse económicamente, al manejar un mayor volumen de carga que podría desviarse hacia el norte de África debido a las preocupaciones en el Mar Rojo.
De ese modo, el Reino demostraría una capacidad sólida a nivel de la gestión del tráfico marítimo, atrayendo inversiones extranjeras y desempeñando un rol clave en el comercio marítimo.
Marruecos debería estar listo para cualquier regalo procedente del Mar Rojo, porque sería una oportunidad apta para fortalecer su posición como un actor clave en el transporte marítimo y el comercio internacional.
