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viernes, noviembre 22, 2024

El Rey dirige un Discurso a la Cumbre Mundial de Acción por el Clima en Dubái

 

 

Rue20 Español/ Rabat

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Su Majestad el Rey Mohammed VI dirigió un Discurso a la Cumbre Mundial de Acción por el Clima, organizada en el marco de la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se celebra en Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos.

 

He aquí el texto íntegro del Discurso Real.

 

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«Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros,

 

Señor Presidente, Querido Hermano, Su Alteza el Jeque Mohammed Bin Zayed Al Nahyan;

 

Señoras y Señores Jefes de Estado y de Gobierno;

 

Señor Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas;

 

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Señoras y Señores, altos dirigentes de Organizaciones Internacionales y Regionales;

 

Excelencias, Señoras y Señores

 

En primer lugar, quisiera expresar mis calurosos agradecimientos a Mi Hermano, Su Alteza el Jeque Mohammed Bin Zayed Al Nahyan, y a los Emiratos Árabes Unidos, por la calidad de la organización de este evento de alto nivel y por el compromiso demostrado por su Presidencia para que los trabajos de esta COP28 sean todo un éxito.

 

Excelencias, Señoras y Señores,

 

Las conclusiones de la Primera Evaluación Global de la implementación del Acuerdo de París dan fe de una dinámica universal en torno a la cuestión climática. Sin embargo, los esfuerzos de adaptación observados siguen siendo fragmentados, progresivos y distribuidos de manera muy desigual entre las regiones, particularmente entre las más vulnerables a los efectos devastadores del cambio climático.

 

Las medidas audaces no pueden organizarse a medias tintas, menos aún según una visión aislada que no hace más que exacerbar los riesgos, amplificando los daños y aumentando las pérdidas materiales, naturales y humanas. La gestión mundial de la crisis climática sólo puede orientarse hacia un enfoque más adaptado a las limitaciones nacionales, centrándose en un crecimiento cualitativo sostenible y, sobre todo, en una visión con vocación humanista.

 

Del mismo modo que el cambio climático crece de manera inexorable, las COP deben, de aquí en adelante, alejarse de la lógica de los «pasos pequeños», que la ha caracterizado durante muchísimo tiempo. Este enfoque empírico era –y lo entiendo– necesario cuando era imprescindible convencer a la gente de la relevancia de la acción climática, o incluso de la existencia misma del cambio climático. Pero hoy, este enfoque tecnicista complica los términos del compromiso y reduce el desafío climático a un círculo de iniciados, allí donde debe haber un envite para la humanidad.

 

En otras palabras, podemos decir que entre la acción climática de «pasos pequeños» y los inminentes desafíos climáticos que se imponen de manera significativa, surge una brecha que debe llenarse sin demora. En este sentido, del mismo modo que debemos creer en la acción climática, hemos de estar convencidos de que entre las voces de quienes se resignan a los «pasos pequeños» y aquellos que sólo apuestan por las «grandes rupturas» -impulsados por la ideología y por el dogma-, existe un camino intermedio. Ciertamente, un camino hecho de pragmatismo, pero también de voluntarismo, de ambición y de visión. He aquí el camino que debemos hacer nuestro, si nuestro objetivo es estar siempre a la altura de los compromisos asumidos en la COP21 en París en 2015, y en la COP22 en Marraquech en 2016.

 

Por muy necesaria que sea, la negociación climática no es -ni puede convertirse- en un fin en sí misma. Es el momento de negociar y de actuar. ،Ese momento ha llegado! Es un Pacto para la Acción que les propongo lanzar, aquí y ahora. A través de este Pacto para la Acción, la humanidad puede demostrar mediante acciones que los objetivos más ambiciosos no son necesariamente los menos accesibles.

 

La profunda convicción de Marruecos, cuyo compromiso climático es precursor, se materializa a través de varias palancas estratégicas y políticas, incluida una mayor Contribución Nacional Determinada en 2021. Nuestro Nuevo Modelo de Desarrollo está diseñado tomando en consideración la sostenibilidad. Nuestra Estrategia Nacional de Desarrollo Sostenible está diseñada e implementada desde una perspectiva de fuerte inclusión.

 

En Marruecos, el auge de las energías renovables y sostenibles, el desarrollo de sectores competitivos del hidrógeno verde, nuestra creciente conectividad con los mercados globales y la organización de una Copa del Mundo de fútbol entre dos continentes son pruebas de la visión de integración regional que llevamos.

 

Es justamente este enfoque, orientado hacia la acción, el que hemos preconizado para nosotros, en el Reino de Marruecos. En este sentido, Nuestra ambición ha quedado plasmada en acciones sectoriales, concretas y precisas, a la vez que ha sido estructurada en Planes de acción detallados y verificables, tanto en lo que concierne a la adaptación, como a la atenuación y descarbonización.

 

Por ambiciosos que sean, Nuestros objetivos declarados no son nunca el resultado de un capricho o de un efecto de anuncio a nivel internacional, sino más bien, constituyen el resultado de programas y proyectos realizados a escala nacional, para nosotros y por nosotros mismos. De hecho, confiero personalmente una gran importancia a su aplicación y seguimiento.

 

Excelencias, Señoras y Señores,

 

En un sistema global que sigue siendo inequitativo, África recibió 30 mil millones de dólares de los flujos anuales de financiamiento climático en 2020, lo que viene a representar menos del 12% de sus necesidades. Penalizado y desfavorecido, el continente posee, sin embargo, todas las bazas para convertirse en la solución climática global así como en la solución a los grandes desafíos del siglo XXI. La ausencia de una solidaridad activa ralentiza considerablemente el impulso de su acción climática.

 

Las Reuniones Anuales del FMI y del Banco Mundial en Marraquech, concluyeron sobre la existencia de una apremiante necesidad de reformar el multilateralismo y la financiación del desarrollo, en tanto que dos palancas que la humanidad ha creado para responder a los desafíos del siglo XX; dos palancas en las que, por cierto, creemos. He aquí la convicción que anima a la presidencia marroquí de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente.

 

Fiel a su compromiso africano, Marruecos prosigue tenazmente sus esfuerzos para aplicar las decisiones de la Primera Cumbre de Acción Africana, celebrada al margen de la COP22, en particular la puesta en funcionamiento de las tres Comisiones Africanas del Clima de la Cuenca del Congo, del Sahel y de los Estados insulares africanos.

 

La implicación efectiva del Reino en iniciativas regionales innovadoras y federadoras, que busca una mejor adaptación de la agricultura africana, así como reforzar la sostenibilidad, la estabilidad y la seguridad en el continente, fomentando el liderazgo de los jóvenes africanos para con el clima, reflejan la adhesión multidimensional e inquebrantable de Marruecos a los constantes esfuerzos desplegados por los países africanos hermanos.

 

Si la solidaridad y la adecuación son principios de la acción climática internacional, tengamos cuidado con no penalizar su éxito.

 

Me refiero, particularmente, a la situación de los países de ingresos medios que están liderando la batalla por el desarrollo socioeconómico y el desarrollo sostenible. Para estos países –incluido mi propio país, el Reino de Marruecos– solicito una atención específica y más sostenida por parte de la comunidad internacional.

 

Eso sería de justicia. En efecto, es justo que los países de ingresos medios no sean penalizados por los progresos que realizan. No podemos pedirles que hagan más, dándoles menos acceso a los recursos que condicionan estos progresos. Por el contrario, no hay mejores “Success Stories” climáticos por promover y recompensar que aquellos de los países de ingresos medios.

 

Excelencias, Señoras y Señores,

 

Los intereses contradictorios, a veces con tintes populistas, que favorecen el cortoplacismo están erosionando la acción multilateral creíble e hipotecando el futuro de las generaciones futuras.

 

Renovamos la esperanza de que los Estados Partes sean más ambiciosos y que, juntos, hagamos emerger soluciones colectivas ante este desafío común.

 

En esta perspectiva, quisiera reafirmar el compromiso de Marruecos de proseguir su acción voluntarista que tiene por objeto permanecer en la vanguardia no sólo de la defensa, sino también de las soluciones destinadas a preservar el futuro de la humanidad en nuestro planeta.

 

Muchas gracias.

 

Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh».

 

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