Rue20 Español/ Rabat
Reuniendo a los decanos de las facultades de Derecho de Tánger, Abdelmalek Essaidi y de la Universidad Rey Juan Carlos, a académicos marroquíes y españoles y a miembros de la sociedad civil de las Provincias del Sur de Marruecos, tuvo lugar ayer martes un seminario sobre las dimensiones de la cooperación entre Marruecos y España en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Abdelmalek Essâadi de Tánger, Taoufik Essaid, inauguró el seminario arrojando luz sobre la legitimidad democrática de los órganos electos, en particular en las provincias del sur, al tiempo que destacó la importante participación en la región de Dakhla-Oued Eddahab durante las elecciones de 2021.
A continuación, explicó ante el auditorio formado por estudiantes y doctorandos españoles, el plan de autonomía marroquí, como base seria y creíble para resolver el diferendo en el Sáhara marroquí, y los principales ejes de transformación para lograr un progreso sostenido a nivel económico, humano, social y territorial definido por el nuevo modelo de desarrollo.
El vicedecano de la misma facultad, Hamid Aboulas, continuó exponiendo los ejes fundamentales de la cooperación hispano-marroquí y la relevancia del Plan de Autonomía de Marruecos, subrayando que el reconocimiento por parte del Gobierno español de la seriedad y el realismo de la propuesta marroquí para la solución del diferendo artificial en torno al Sáhara marroquí refuerza los vínculos y las posibilidades de cooperación entre los dos países.
Por su parte, la catedrática de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho y Política de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Sagrario Moran Blanco destacó el papel que juega la cooperación energética entre España y Marruecos en el tradicional acuerdo entre Madrid y Rabat.
Moran subrayó que desde la construcción del gasoducto Magreb-Europa en 1996 y el lanzamiento del primer cable submarino en 1997, la energía ha constituido un terreno fértil para la cooperación bilateral entre ambos países, garantizando al mismo tiempo que se mantenga el claro compromiso de Marruecos con las energías renovables.
La dimensión de la seguridad en el Sahel y en la cuenca mediterránea estuvo en el centro del tema que plantearon el profesor Mehdi Essarsar , catedrático de Derecho Internacional en la Universidad Abdelmalek Essâadi de Tánger, y Shaibata Mrabihrado, investigador en el centro de doctorado de la Universidad Ibn Zohr de Agadir, donde explicaron la importancia de Marruecos como actor clave para la estabilidad regional en el Sahel y la cuenca mediterránea.
Los dos investigadores recordaron la participación del Reino en las operaciones de mantenimiento de la paz en África y su compromiso para promover la paz en toda la región, resaltando que el desarrollo socioeconómico en el Sáhara marroquí es una garantía de estabilidad para toda la región, desde el Sahel hasta la cuenca mediterránea, y que, bajo el ilustrado liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI, Marruecos afronta los desafíos de seguridad en el Occidente Mediterráneo con firmeza.
Shaibata concluyó denunciando los recientes ataques perpetrados por el grupo armado Polisario contra civiles en Es-Smara y destacando la amenaza regional que esto representa, incluida la Unión Europea.
Por su parte, la profesora de Derecho y Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales de la Universidad Abdelmalek Essâadi de Tánger, Sarra Sefroui, subrayó el papel crucial desempeñado por Marruecos en la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo, arrojando luz sobre los desafíos de integración, los problemas de seguridad y las oportunidades económicas, y al mismo tiempo llamó a implementar políticas equilibradas que protejan las fronteras y al mismo tiempo preserven los derechos y la dignidad de los inmigrantes.
Por su parte, Zineb Ramadan, doctoranda en la ENCG de Casablanca y empresaria en El Aaiún, demostró, con cifras, que las provincias del sur de Marruecos se han convertido en pilares de crecimiento, con abundantes recursos marítimos y altísimas oportunidades para la agricultura y la minería. Ramadan explicó que la sabia combinación de inversiones estatales y privadas ha demostrado su eficacia, estimulando un crecimiento económico exponencial y mejorando el bienestar de la población en toda la región.
Finalmente, el catedrático de Derecho Internacional de la Facultad de Derecho y Político de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y director del Centro de Estudios Iberoamericanos, Castor Díaz Barrado, recordó que en primer lugar es con Marruecos, país prioritario en sus relaciones con el Magreb, para que España institucionalice un diálogo político, antes de intentar extender la iniciativa a otros países de la región refiriéndose al Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación firmado en Rabat en julio de 1991.
Barrado insistió en que los acuerdos de cooperación cultural entre Marruecos y España no sólo constituyen bases sólidas, sino también pilares sobre los que se asientan colaboraciones beneficiosas para todas las comunidades de las dos orillas del Mediterráneo.