Rue20 Español/ Mohammadia
El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada de España afirmó que el devastador terremoto sufrido por Marruecos en la madrugada del pasado 8 de septiembre, que dejó casi 3.000 muertos y más de 5.500 heridos, ha vuelto a despertar, como en la gran mayoría de las catástrofes que sufre el planeta, una oleada de solidaridad internacional con medios humanos, materiales y económicos que, junto a la respuesta del gobierno marroquí se ha traducido en que el país haya recuperado la normalidad e iniciado la reconstrucción urgente de las zonas más afectadas.
De lós últimos terremotos más devastadores en el Magreb, como el de mayo de 2003 en Argelia, el de Marruecos ha puesto a prueba la respuesta de autoridades, servicios de emergencia y comunidad internacional, agrega el Instituto español en un nuevo análisis.
Al margen de la ayuda ofrecida desde el primer momento por empresas públicas, privadas, ONG’s y diferentes países, entre los que se encuentra España que envió a su Unidad Militar de Emergencias (UME), el gobierno marroquí, con su monarca Mohamed VI a la cabeza, anunció la creación de un ‘Fondo Especial para la gestión de los efectos del terremoto’, subrayó.
El rey Mohamed VI se puso al frente del equipo de coordinación y respuesta y, al margen de la acción sobre el terreno de las Fuerzas Armadas y los servicios de emergencia para ayudar las tareas de rescate y asistencia humanitaria, una de sus primeras decisiones fue donar 100 millones de euros de su propio patrimonio personal para la reconstrucción en las zonas más afectadas. El propio monarca presidió y dirigió la reunión que abordó los planes para el realojo de las víctimas en las cinco regiones más afectadas de una manera rápida y segura, explicó.
El cálculo del ministerio de vivienda marroquí es que cerca de 6.000 casas quedaron totalmente destruidas mientras que otras 20.000 quedaron parcialmente dañadas. El plan del gobierno aseguraba viviendas temporales para las personas que se quedaron sin hogar, diseñadas para resistir el frío y el mal tiempo que se espera a partir de las próximas semanas, prosiguió.
Entre las medidas que se adoptaron para ayudar a la población se otorgó 3.000 euros a cada familia afectada por el sismo; 8.000 euros para la reparación de viviendas dañadas; y 14.000 euros para los casos en que el edificio o las viviendas quedasen totalmente destruidas.
En las reuniones que presidió Mohamed VI también incidió en la importancia de mejorar las infraestructuras y la calidad de los servicios públicos en las zonas afectadas y ordenó que a los niños que se habían quedado huérfanos a causa del desastre se les concediera el estatus de Tutelados de la Nación.
Al margen de la reconstrucción y la atención a las víctimas y damnificados, una de las prioridades del gobierno marroquí fue recuperar de forma inmediata la normalidad y la actividad, principalmente la turística, que es uno de los motores de la economía del país.
Según los datos del Fondo especial del seísmo, que registra las contribuciones públicas, apenas una semana después de la catástrofe se había recaudado la cifra de los 500 millones de euros, una cifra que no incluye las donaciones de particulares ni las donaciones en especie, las cuales se estiman en varios millones de euros y son destinadas directamente a los damnificados por el terremoto.