Rue20 Español/ Marrakech
Las campañas de solidaridad organizadas por el pueblo marroquí tras la tragedia del terremoto que asoló la provincia de Al Haouz fueron objeto de admiración y elogios del mundo entero.
Lo que llamó más la atención de quienes observan la campaña de solidaridad con las víctimas del terremoto fueron las escenas de varios ciudadanos que otorgaban ayuda a sus hermanos afectados a pesar de su condición social frágil.
El anciano que trajo trigo en su bicicleta:
La conmovedora escena, que circuló ampliamente en Internet, era la de un anciano que participó en la campaña de solidaridad con medio saco de trigo que trajo de su casa para entregarlo a los responsables de la campaña solidaria.
El vídeo fue grabado por uno de los ciudadanos presentes en su teléfono móvil y se difundió ampliamente dejando un gran impacto en el corazón de los marroquíes e incluso de los extranjeros.
La mujer que quiso donar su anillo:
La segunda escena muy conmovedora también fue la de una mujer que entregó su anillo a los jóvenes voluntarios que recolectan donaciones para las víctimas del seísmo, diciéndoles que no tenía nada para donar a las víctimas excepto su anillo. Esto conmovió a este grupo de jóvenes que estaban recolectando donaciones quienes se negaron a recibir su anillo y empezaron a besarle las manos.
El hombre de la botella de aceite:
La tercera escena es la de una mujer en una de las regiones del sur, cargando una botella de aceite para donarla a la población afectada por el terremoto, a pesar de su condición social muy modesta.
Estas tres escenas solidarias, además de muchas otras, demuestran que la solidaridad del pueblo marroquí es única y es un ejemplo a seguir.
