Rue20 Español/ Salé
El papel de la diplomacia económica como medio de cooperación entre los Estados en esta coyuntura política internacional y regional centró una mesa redonda organizada este viernes en Salé en el marco de un seminario organizado por la Unión por el Mediterráneo (UPM) y Policy Center for the New South (PCNS).
Así, la Embajadora del Reino Hachemí de Jordania en Marruecos, Jumana Suleiman Ali Ghunaimat, subrayó la importancia de una acción económica conjunta para construir una visión global y alcanzar el desarrollo sostenible al ambicionan los pueblos.
En una coyuntura marcada por grandes cambios, trabajar solos o bilateralmente no es suficiente para alcanzar nuestras ambiciones, señaló, haciendo un llamamiento a revisar la definición de diplomacia económica y sus herramientas.
Por su parte, el embajador de Italia en Marruecos, Armando Barucco, señaló que «la diplomacia económica no es sólo economía, sino también la comprensión del contexto internacional y la proyección de nuestros mismos como marca», destacando la necesidad de que la región mediterránea muestre su fuerza e influencia.
También destacó el papel del autoconocimiento (cultura, economía, historia, puntos fuertes y débiles, etc.) para tomar las decisiones correctas y crear asociaciones bilaterales, regionales e internacionales.
Por su parte, Mohammed Loulichki, Senior Fellow del Policy Center for the New South (PCNS), señaló que la dimensión económica de la diplomacia se ha convertido en una prioridad y predomina en la política exterior de todos los países.
En opinión de Walid Haggag, director del Instituto de Estudios Diplomáticos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto, cuando se habla de diplomacia económica, de un país o de una economía, es esencial garantizar un alto nivel de coordinación y coherencia para conciliar los objetivos de los distintos actores.
Aunque la diplomacia económica permite reforzar los intercambios comerciales, elaborar los acuerdos de libre comercio, tener acceso preferente a los mercados y promover el turismo, también puede emplearse para imponer sanciones, boicots, medidas financieras y restringir la transferencia de tecnología.
El seminario contó con la participación de eminentes personalidades, diplomáticos, expertos y académicos, que compartieron sus perspectivas y conocimientos, con el objetivo de aclarar y establecer una visión común de lo que la diplomacia económica puede aportar en términos de valor añadido a las acciones ya emprendidas por los países mediterráneos.