Rue20 Español/ Mequínez
Francisco Moscoso García, nacido en Jerez en 1970, se licenció en Filología Árabe en la Universidad de Cádiz. Se doctoró en Cádiz con sobresaliente cum laude en 2002. Ha residido y estudiando en Argelia y Marruecos, ha sido profesor en Cádiz y en la Universidad de Alicante.
En 2010 llegó a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y ha sido profesor visitante en las universidades de Helsinki, L’Orientale de Nápoles y Orán 1 Ahmed Ben Bella (Argelia) e investigador visitante en París VII, Louvain-La Neuve, Leiden, Helsinki, La Sapienza, Mohamed V de Rabat y Abdelmalek Essaâdi de Tetuán.
Es catedrático de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid, su especialidad es el árabe marroquí.
En una entrevista concedida al Diario de Sevilla, Francisco Moscoso García ha subrayado que «el castellano y el español recibieron muchos préstamos del árabe andalusí, la variedad árabe materna que se hablaba en al-Andalus, de los que nuestro diccionario todavía conserva casi dos mil voces que se siguen empleando. Esto nos debería de hacer reflexionar sobre la aportación tan importante de los pueblos árabes a la construcción europea y derribaría muchos prejuicios que nacen de la incultura».
Francisco Moscoso conoce muy bien Marruecos, en el que ha vivido varios años y a lo visita, desde hace años, varias veces al año.
«Tengo bastantes amigos allí y me siento como en mi casa. Argelia fue el primer país árabe que conocí y al que le tengo mucho cariño, pero también a Marruecos. Los pueblos de ambos países son muy parecidos, incluso sus variedades árabes maternas son muy semejantes, entre ellos se entienden bien cuando hablan», ha dicho.
Según el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid, «hay que quitarse el miedo a lo desconocido y aprender de otras culturas. Durante muchos siglos, desde la famosa Conquista, la Historia española ha sido nutrida por el odio al “moro”, al árabe que vivía en al-Andalus, y luego al árabe que vivía al otro lado del Estrecho».
«El odio -prosigue- nace del miedo y este puede llevarnos al rechazo del otro. Nuestras sociedades, como decía Juan Goytisolo, deben de ser bastardas o caminarán hacia la decadencia».
«Tenemos una gran oportunidad en nuestras sociedades plurilingües para enriquecernos de muchas culturas, entre ellas la árabe, de la que también nos hemos enriquecido a lo largo de toda la Historia de España en todos los sentidos: ciencia, lengua, construcción, agricultura, literatura, etc.», ha destacado.
En el mismo contexto, ha señalado que «hay que desmitificar al islam y verlo como una religión de este Mundo, no como un instrumento de terror».