Rue20 Español/ Rabat
El Sultanato de Omán expresó, el martes en Rabat, su apoyo a la integridad territorial del Reino y al plan de autonomía marroquí, calificándolo de iniciativa «seria, realista y creíble» y de «base para el arreglo de la cuestión» del Sáhara marroquí.
Esta postura fue expresada en un comunicado conjunto emitido al término de la 6ª sesión de la Comisión Mixta marroquí-omaní, copresidida por el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, y el ministro omaní de Asuntos Exteriores, Badr bin Hamad bin Hamoud Al Busaidi.
El Sultanato de Omán «reiteró su apoyo a la integridad territorial del Reino de Marruecos» y afirmó, en este contexto, «su apoyo a la iniciativa de autonomía marroquí como base para resolver este diferendo regional».
La parte omaní expresó su aprecio por «la sabiduría del liderazgo marroquí en su compromiso con una solución pacífica que sirva a la seguridad y la estabilidad en la región del Magreb».
El Sultanato de Omán saludó el papel pionero desempeñado por Marruecos, bajo el liderazgo ilustrado de SM el Rey Mohammed VI, en el fortalecimiento de la seguridad y de la estabilidad a niveles regional e internacional, así como los esfuerzos sostenidos del Soberano para consolidar los cimientos de la paz y el desarrollo en el continente africano, añadió el comunicado conjunto.
Por su parte, la parte marroquí saludó el distinguido papel del Sultanato de Omán, bajo el sabio liderazgo del Sultán de Omán, SM Haitham ben Tarek, en la consolidación de los cimientos de la paz y la seguridad en su entorno regional e internacional.
Ambas partes subrayaron asimismo la importancia de la acción árabe común, insistiendo en el derecho de los Estados árabes a defender su integridad y soberanía, a reforzar su seguridad y estabilidad mediante la promoción de los valores de asistencia mutua, solidaridad y buena vecindad, y a abstenerse de toda injerencia en los asuntos internos de los Estados y de toda amenaza a su integridad territorial.
Ambas partes abogaron por una solución política a las crisis que viven varios países árabes hermanos para que puedan preservar su integridad territorial y nacional, garantizar su seguridad y estabilidad y satisfacer las aspiraciones de desarrollo y libertad de sus pueblos, conforme a las resoluciones pertinentes de la ONU e internacionales.