Rue20 Español/ Ginebra
Francia debe abordar seriamente los arraigados problemas de racismo y discriminación en el seno de las fuerzas policiales, declaró el viernes la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en reacción a la brutal muerte del joven Nahel a manos de un agente de policía por un tiro de cerca, en Nanterre en el suburbio parisino.
“Estamos preocupados por el asesinato de un joven de 17 años de origen norteafricano a manos de la policía en Francia el martes. Tomamos nota de que se ha abierto una investigación por presunto homicidio culposo. Este es el momento de que el país (Francia) aborde seriamente los arraigados problemas de racismo y discriminación en el seno de la policía», comentó la portavoz.
También pidió a las autoridades que «garanticen que el uso de la fuerza por parte de la policía para combatir a los elementos violentos en las manifestaciones respeta siempre los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación, precaución y responsabilidad».
Cualquier acusación de uso desproporcionado de la fuerza debe investigarse sin demora», insistió la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Las imágenes de vídeo que mostraban a un agente de policía disparando a bocajarro contra el joven Nahel durante un control de carretera el martes por la mañana conmocionaron al país y provocaron una oleada de indignación y reacciones.
La violencia estalló la noche de la tragedia en Nanterre y otras ciudades de la región de Île-de-France, antes de extenderse a otras ciudades francesas la noche siguiente.
El jueves, al término de la marcha blanca organizada en Nanterre para rendir homenaje a la víctima, estallaron enfrentamientos entre jóvenes y la policía, mientras que en Marsella, Lille y Lyon se vivieron momentos de tensión a primera hora de la tarde.
Ante el temor de nuevos actos de violencia, las autoridades de Île-de-France decidieron interrumpir la circulación de autobuses y tranvías a partir de las 21H00 el jueves, y las ciudades de Clamart y Compiègne decretaron el toque de queda nocturno.
Ante el riesgo de que la situación se recrudezca como en los disturbios de los suburbios de 2005, el Ministerio del Interior anunció la movilización de 40.000 policías y gendarmes en toda Francia.
