Rue20 Español/ Mohammedia
La postura española de respaldar totalmente el Plan de Autonomía para el Sahara planteado por Marruecos desde 2007 no es una decisión de Gobierno, de un partido político o una persona, sino es una cuestión de Estado, adoptada por el Estado español.
Las señales de esta decisión histórica aparecieron con El Gobierno de Zapatero desde 2004, y se mantuvieron con el Gobierno de Rajoy desde 2012, y llegó el momento adecuado para oficializarla con el Gobierno de Coalición actual.
Para la gente que se pregunta si la decisión es una política de Estado o no, y si el PP mantendrá esa línea en el caso de que ganara las elecciones generales adelantadas para el 23J, José Manuel Albares, ministro de Exteriores español, respondió claramente en una entrevista concedida hoy al HENNEO, acusando al PP de buscar una política de confrontación con Marruecos y de vuelta a aznarismo que estuvo en julio de 2002 a punto de provocar una guerra con Marruecos y sembrar el caos el la región.
«Hay que terminar con el mantra del giro en nuestra política hacia Marruecos. Todos los presidentes del Gobierno de la democracia y todos los ministros de Exteriores han indicado que Marruecos era nuestra primera prioridad en política exterior», aseguró Albares.
Albares dejó entender que el apoyo a la Autonomía del Sahara está en el marco del trabajo de las Naciones Unidas. «En la cuestión del Sáhara lo que España busca es un apoyo total al enviado personal de la ONU para lograr una decisión mutuamente aceptable en el marco de las Naciones Unidas. Y en eso es invariable’, subrayó.
Marruecos es una prioridad geopolítica y estratégica para España y sus intereses en el flanco del Sur. Los últimos bailes, más electoral que otra cosa, del Partido Popular y la derecha española, molestan al Gobierno español.
Al ser preguntado por el uso político y electoral del PP a la postura española acerca del conflicto del Sáhara y Marruecos, Albares respondió: «Lo que sí observo desde que el señor Feijóo está al frente del Partido Popular es que hay una involución del PP hacia sus orígenes, hacia posiciones claramente antimarroquíes, a la vuelta a una política de confrontación y de choques con Marruecos, a la vuelta a Perejil», avisó Albares.