Rue20 Español/ Rabat
Entrevistado por Mohamed Charbi
Entre los profesores marroquíes más destacados y conocidos que están enseñando -y dejando una huella muy positiva- en las universidades de España se encuentra el Dr. Mohamed El Madkouri Maataoui.
Mohamed El-Madkouri es doblemente doctor, por la UAM y por la UCM. Es Profesor Titular de Universidad, adscrito al Departamento de Lingüística de la Universidad Autónoma de Madrid. Con participación en ocho proyectos de investigación y con más de 140 publicaciones. Evaluador de varias revistas internacionales indexadas.
Sus áreas de interés investigador son la Lingüística Aplicada, Escuela e Inmigración, ACD, Traductología, Traducción e Interpretación.
Es presidente de la Asociación Española de Formadores, Investigadores y Profesionales de la Traducción y la Interpretación en los Servicios Públicos y ex miembro de la junta directiva de la Asociación de Periodistas y Escritores Árabes en España.
Además, es traductor jurado, intérprete simultáneo, Miembro del Club Internacional de Prensa., perito judicial. Cofundador de la Licenciatura de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Madrid. Su último libro publicado es Lingüística aplicada a la traducción (2020, Editorial Síntesis).
En la segunda parte de esta entrevista (parte -2-) concedida al diario Rue20 Español, el Dr. Mohamed El Madkouri habla de las relaciones políticas y culturales entre Marruecos y España. Asimismo, habla del hispanismo en Marruecos, así como de la prensa marroquí en español, entre otros temas muy interesantes.
7- ¿Cómo valora las relaciones bilaterales actuales entre Marruecos y España?
R-7. La coyuntura política y geoestratégica de los últimos años las hacen inmejorables a nivel político y diplomático. Se ha observado la aceleración de contactos a todos los niveles entre ambos países.
De hecho, los intérpretes simultáneos, un termómetro fiable para medir las relaciones internacionales, no dan abasto. La parte marroquí ha tenido que recurrir a intérpretes españoles, cosa insólita tradicionalmente porque el panorama del mercado de la interpretación era inverso.
Se ha observado igualmente que la parte marroquí apuesta fuerte por España en detrimento de otras naciones europeas tradicionales.
Se espera, no obstante, que esta apuesta sea una estrategia estatal y nacional de largo plazo, y no una acción sustitutiva.
La nueva relación marroquí-española debe ser independiente de los desencuentros y roces con terceros países.
Sin embargo, todo hay que decirlo, el tema marroquí sigue siendo un tema de debate interno en la política interior española. En cualquier caso, la situación actual puede cambiar aunque sea a nivel discursivo, dependiendo de quien salga elegido para tomar las riendas del gobierno español. El ruido puede dañar la imagen que los dos pueblos se hacen uno del otro.
8- ¿Las relaciones culturales se están beneficiando realmente de la nueva etapa hispano-marroquí?
R-8. En efecto, hay mucha actividad cultural en forma de congresos, encuentros y otras actividades ajenas al mundo de la universidad.
Soy testigo, como participante, de que el mes de mayo pasado, en un periodo de unas dos semanas, se han celebrados 5 congresos y encuentros con temática española: uno en Fez, otro en el Instituto Cervantes de Casablanca, otro en Nador y dos en la Academia Real de Marruecos.
La prensa informa igualmente de que los institutos cervantes de Rabat y Tánger se están interesando por la producción local en español de autores marroquíes. Es de suponer que habría muchos más eventos que quien suscribe desconozca.
Sin embargo, importante, más que las relaciones diplomáticas de salón, como se ha explicado anteriormente, hay que invertir, no necesariamente mediante excesivos recursos materiales, en la diplomacia civil, mediática, cultural, profesional y universitaria.
El eco de las buenas relaciones de arriba tiene que llegar también hasta abajo. No hay prácticamente una élite, la que fuera, influyente hispanófila en los resortes de poder en Marruecos. Tampoco hay una plataforma intelectual visible filomarroquí en España.
Otro factor que sería decisivo en las relaciones culturales entre Marruecos y España, y viceversa, es actualizar las miradas de unos a otros. La élite marroquí debe mirar a España con ojos propiamente marroquíes y no con lentes emprestadas o importadas de sus países de formación.
Igualmente, muchos sectores de la sociedad española deben analizar el Marruecos actual para no producir o reproducir textos anacrónicos desafortunadamente muy divulgados.
En las miradas recíprocas hay todavía mucho que mejorar. La diplomacia ciudadana sigue adoleciendo de carencias, por no decir que no existe.
Marruecos desde los años ochenta, en las acciones “culturales” dirigidas a España estaba más preocupado por la lealtad de sus ciudadanos que en construir puentes y entablar vehículos de comunicación con la sociedad española.
Estas acciones se limitaban a invitaciones para celebrar la fiesta del trono, el 3 de marzo, u otras festividades, beber té, comer Ghriba y escuchar inicialmente música andalusí, en los años ochenta, y luego grupos populares y Xijat en las décadas siguientes.
No me consta que hubiese invitaciones explícitas a los grandes profesionales y universitarios marroquíes o de origen marroquí en España, sean musulmanes o hebreos.
La relación del diplomático con este sector de la población es de arriba hacia abajo, considerándolos como súbditos o subalternos.
Tampoco había una representación diplomática marroquí en los eventos que se celebran sobre temas espinosos para Marruecos.
La silla de Marruecos estaba siempre vacía, por lo menos en la Universidad Autónoma de Madrid, y supongo que en otras universidades y congresos españoles. Nula participación en la vida intelectual y social española. Ofrecer té con unos exquisitos dulces marroquíes a los propios marroquíes, en celebraciones o cuando los visitan los comerciales de los bancos o de las agencias inmobiliarias, está bien, pero mejor aún hubiera sido que Marruecos, el que fuera, conversara, dialogara y se comunicara con la sociedad española.
Ofrecer dulces debería ser para todos como aperitivo, no como plato principal. La crítica es sana y la autocrítica más todavía. No se puede acallar a quien quiera hablar en términos negativos o que se perciban como tal si el propio interesado no hace nada significativo para mejorar su propia imagen.
No se habla de acciones de los informes sobre papel y de los estadillos, sino de las acciones sobre el terreno. Puede que se hayan hecho muchas cosas de las cuales uno no se ha enterado, pero la acción cultural marroquí en España es muy mejorable.
Hay funcionarios marroquíes que pasaron por las oficinas de los consulados y de la embajada de Marruecos y que dejaron muy buena impresión: está por ejemplo la persona que se encargaba de las becas de estudiantes en la Embajada de Marruecos, hace unos diez años, pero también, en el mismo periodo, el encargado de las TNI de los ciudadanos marroquíes, policía, y al menos dos cónsules.
Se ha observado una notable mejora en las infraestructuras, en la organización del trabajo y en la atención al público, por lo menos en el Consulado General de Madrid. Al oído de un traductor jurado llega mucha información. Todo apunta a que la gente cuando quiere puede. Todos han dejado muy buena impresión, pero no es la norma, sino la excepción.
De momento, Marruecos está en el podio como la comunidad trabajadora más numerosa en España, pero no tiene ningún centro cultural, ni se interesa por organizar congresos o participar en ellos cuando lo hacen naciones con menos presencia histórica en España como Siria y Egipto. Este último país tiene mucho mayor presencia cultural en España que Marruecos.
Para concluir, Marruecos y España pueden, si quieren, invertir en la diplomacia cultural y ciudadana para romper el cerco en un caso, y mejorar la imagen en el otro.
Deben interesarse por las relaciones culturales. Casa Árabe con sus dos centros, en Madrid y en Córdoba, y la Fundación de las Tres Culturas en Sevilla, son instituciones españolas de promoción de la cultura árabe en general, pero lamentablemente no llegan a todas partes.
9- ¿Cómo diagnostica el estado actual del hispanismo en Marruecos?
R-9. En Marruecos había tradicionalmente dos tipos de hispanismo: el hispanismo marroquí de origen francés y el hispanismo marroquí de origen español siguiendo las trayectorias formativas de los colegas marroquíes.
Es evidente que los hijos de las élites precoloniales y poscoloniales del eje del Fez profundo y de Rabat se han dirigido espontáneamente a Francia. Posteriormente, en algunos casos simultáneamente, les han seguido destacados estudiantes del pueblo, del Marruecos profundo.
Los interlocutores del Ministerio de Educación marroquí y de los centros de poder de la política y planificación lingüísticas, encargados de los programas y de programación, eran de los primeros. Había igualmente muchos profesores de español, que no lectores, franceses.
El segundo hispanismo, el español, era, hasta relativamente muy poco, subalterno si tenemos en cuenta, como parámetro, el origen del doctorado de los directores de los departamentos de español desde los años setenta. ¿Cuántos directores se han doctorado en España y cuántos se han doctorado en Francia? y ¿Cuántos años duró la dirección departamental del hispanismo marroquí, en términos absolutos, en manos de unos y de otros?
Soy consciente de que la situación ha cambiado en las últimas dos décadas en prácticamente todo Marruecos (con la incorporación de un tercer grupo, el hispanismo puramente marroquí) pero las secuelas siguen aún allí.
No hay que olvidarse tampoco del empuje de este hispanismo puramente marroquí que ha hecho todos sus estudios en territorio marroquí. En él hay elementos muy productivos y no solo en la docencia e investigación universitarias, sino también en los institutos. Es menos publicitado, no por falta de valía, sino por falta de una trastienda de acogimiento y de contactos en España o en Francia.
Existe, sin embargo, hasta un cuarto grupo, todavía incipiente, formado por doctorados por universidades hispanoamericanas o de otros países.
Es evidente que la distinción anterior, especialmente de los dos primeros grupos, se está rompiendo en la actualidad, con el cambio generacional. Parece ser, por tanto, que ya hay cada vez más simbiosis, por no hablar de amalgama, entre miembros de estos grupos, en algunos casos.
Las trayectorias individuales de los hispanistas influyen también sin duda en la unión motivada por la conciencia, cada vez más creciente -procedente de los estudios poscoloniales-, de que se debe romper lo que en ciencias políticas se llama “Ley de la dependencia” que sustituyó la dominación colonial una vez producida la independencia de las colonias franco-británicas en África y Asia.
En este sentido, España se percibe como menos colonial que Francia, y lo es, sin lugar a duda, a juzgar por su política cultural en el norte y sur de Marruecos, durante el Protectorado. España no utilizó una agresiva política de sustitución cultural, educativa y lingüística.
De hecho, los profesores marroquíes de árabe después de la independencia procedían mayormente de las zonas controladas por España en el norte y sur de Marruecos.
En la actualidad se percibe un considerable dinamismo en el hispanismo marroquí, mucha producción investigadora, un reconocimiento por parte de la Real Academia Española… la recepción del Rey de España, Felipe VI, de algunos hispanistas, la insólita organización de eventos de temática española en l’ Academie du Royaume du Maroc, etc.
Estos reconocimientos son importantes por su valor dinamizador. Es evidente, en efecto, la valía académica y profesional de los hispanistas marroquíes reconocidos por España. No se trata de la construcción de personajes instrumentales, o de otra índole, muy común entre las metrópolis y sus excolonias, sino de casos reales que han probado su valía investigadora en español antes de ser reconocidos.
10- ¿La nueva etapa hispano-marroquí podría contribuir a la recuperación del idioma de Miguel de Cervantes en nuestro país?
R-10. El hispanismo marroquí es sano, dinámico y productivo tanto en el ámbito de la investigación lingüística y literaria, como en el de la traducción. Los que tienen contacto con otros hispanismos de otras latitudes lo saben.
Sin embargo, no se podría ser tan optimista con respecto a la situación del español en la universidad marroquí.
Es de esperar que el nuevo marco de las relaciones hispanoamarroquíes repercuta sobre la mejora de la lengua española en las universidades marroquíes. La situación del español en la universidad marroquí es paradójica.
En los países escandinavos desde donde le contesto a estas preguntas el español está muy bien y está creciendo en detrimento de su rival tradicional, el francés. Casualidades de la coyuntura política universal y del cambio de los centros de atracción en el mundo, el departamento de Francés de la Universidad de Estocolmo organizó los días 20 y 21 de este mes un encuentro en el cual han sido invitados francófonos del norte de África, no para hablar del francés en los países escandinavos, sino para estudiar la situación del francés y de la francofonía en África.
Parece ser que la nueva estrategia actual de la política lingüística francófona es localizar la lengua francesa, es decir que se intenta romper su relación con Francia y presentarla como una lengua anacional, y al concebirlo así podría ser una lengua plenamente marroquí, argelina, tunecina, mauritana, etc.
De hecho, una de las recomendaciones – en este sentido- es que, en vez de mandar a los estudiantes leer Racine, Balzac o Victor Hugo, añadir a los currículos de los sistemas educativos magrebíes, especialmente en la secundaria, obras como las de Dris Chraïbi, Katib Yassine, Yasmina Khadra,… Es decir una suerte de localización, en términos mercantilistas, del francés en el Magreb.
El español, sin embargo, es la lengua no solo de España, sino de prácticamente todo el continente americano. Hasta en Estados Unidos la presencia del español es notoria.
Recuerdo que en una de mis visitas a la Universidad de Los Ángeles de California, me acerqué a una cajera con rasgos indiscutiblemente latinos para saber si era de una generación distinta a la de los primeros inmigrantes, que suelen perder generalmente la lengua de sus padres y abuelos:
- Do you speak Spanish?
- ¡Si todo el mundo habla español aquí, hijo! ¡El 70 % de la población! – me informó.
Con el español uno puede comunicarse incluso en todo Estados Unidos y no solo en California, Miami y Texas.
11- ¿En qué reside la importancia de la cooperación universitaria para las relaciones hispano-marroquíes?
R-11. La Universidad es la semilla de las relaciones entre países a largo término. Es lógico que un profesor o, en su caso, un dirigente político tenga una relación con el país donde se ha formado. Fíjese que la intelligentsia política marroquí se ha formado mayoritaria y principalmente en l’ École nationale des ponts et chaussées, actual École des Ponts ParisTech.
Una escuela de renombre que en el caso de Marruecos, y otros países africanos, en vez de ingenieros, que no dejan de serlo, saca a políticos, en una suerte de invernadero político para las excolonias.
Por esta misma razón, había más becas y sobre todo más facilidades para estudiar español en Francia que en España.
El Instituto hispanoárabe de Madrid y luego la Agencia Española de Cooperación Internacional no podían competir en este sentido porque las becas y ayudas para Francia no solo la concedía la agencia de cooperación francesa, sino también el Ministerio de Educación marroquí, las universidades, las fundaciones, las asociaciones, los partidos políticos…
El tema de las relaciones interuniversitarias es un tema que debe tomarse muy en serio.
12- ¿Qué opina acerca de las contribuciones de la prensa marroquí en español, sobre todo en lo que se refiere a las relaciones hispano-marroquíes?
R-12. Es muy importante que haya medios de comunicación marroquíes en español. Deben consagrarse, profesionalizarse e internacionalizarse.
La prensa marroquí en español está haciendo una excelente labor, pero tiene que ampliar sus miras más allá de las fronteras del Reino de Marruecos. Además, la seriedad, el rigor, la objetividad y la ética son las mejores vías para la credibilidad.
El director de una editorial madrileña me informa que está intentando abrir dos antenas en Marruecos, una en Tánger y otra en Casablanca o en Rabat, lo que es muy importante para la consagración de los escritores y pensadores marroquíes.
13- Por último, ¿qué mensaje(s) o consejo(s) quiere transmitir a los hispanistas marroquíes, especialmente a los jóvenes?
R-13. Lo están haciendo, muchos, muy bien. Ya hay algunos que han conseguido atravesar las fronteras de Marruecos para ser conocidos fuera. Los otros deben también animarse. No existe profesorado universitario sin investigación.
Primera parte de la entrevista: