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Mostafa Ammadi*
La ideología racista que defiende la superioridad de un grupo étnico frente a los demás justificando su segregación social, o incluso su insulto en una institución pública, o en un estadio de fútbol, tal como ocurrió con un jugador de talla, en el Mestalla (Camp del València), ha dado lugar a titulares, en donde dos frases encabezaron casi todos los medios de comunicación: “racismo en la liga” y ”racismo en España”.
Estas dos lamentables frases que reflejan sobre todo, desagradables hechos acontecidos en una agradable ciudad española, y que hoy se impusieron incluso en la agenda del G7, nos avergüenzan a todos. Eso es así, porque el preocupante resurgimiento en los campos de fútbol de expresiones de insulto agresivo por macaco a la brasileña, constituye serias amenazas para la dignidad humana. Asimismo, mina la convivencia social y la paz existente en un país mediterráneo vecino de Marruecos.
Vinicius, como cualquier ser humano se merece respeto por todos, y precisamente por los hinchas del Valencia, que algunos de ellos, manifestaron por desgracia y de forma incontrolable su odio y sentimiento de rechazo hacia un jugador que maneja el balón con especial habilidad y destreza.
Si en otros tiempos hemos sido todos monos, según la teoría de Darwin, en la que yo personalmente no creo, hoy el término mono como expresión de insulto, ha de ser erradicada de los campos de fútbol y de otros campos, porque al fin y al cabo, todos los insultos y cánticos discriminatorios quedan denunciados en los medios de comunicación.
Sabemos que nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o por su opinión diferente. La gente aprende a odiar por envidia, o cuando no saben gestionar y controlar sus sentimientos, o incluso cuando se educan en entornos racistas, egoístas y segregacionistas, y por ello, a esta misma gente racista y segregacionista se le puede enseñar en las instituciones y en la convivencia social a amar y querer, y sobre todo, a controlar sus sentimientos negativos.
La educación en valores se ha de imponer ante este preocupante resurgimiento de formas agresivas provocadas por la falsa barrera de color, buscando esperanza en el ejemplo de Nelson Mandela y en la inspiración de su visión universal.
A nadie se le ocurra entonces ocultar y camuflar la verdad y la gravedad de este hecho, y de todos los actos racistas y discriminatorios. Lo digo con profunda pena, y lo reitero por mi amor al fútbol español, y también, por mi total solidaridad con Vinicius Junior, y por todos los que son víctimas de seres agresivos, provocadores y violentos.
*Mostafa Ammadi /ESRFT, Universidad Abdelmalek Essaadi.