Rue20 Español/ Murcia
La Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM) denunció el acto racista que tuvo lugar recientemente en un hospital público de Murcia, España.
A mediados de este mes, en el hospital Reina Sofía de Murcia, un enfermero le espetó a la ciudadana hija de un paciente: “cállate mora”.
«Desde ATIM, en aras de una convivencia integradora y pacífica, rechazamos expresiones que pretenden ser intimidadoras, despectivas y xenófobas, tanto cuando se producen en lenguaje verbal como no verbal. Mucho más, rechazamos los actos que se generan con esa misma intencionalidad, cuando no, con la de producir odio», según un comunicado de ATIM que preside Sabah Yacoubi.
«El desprecio no está nunca en la palabra cuando pretende ser descriptiva, pero la palabra no es sólo significante, está cargada de significado. Por eso, además de ese perfil descriptivo, la palabra es gestual y es el gesto lo que la hace censurable. Es el tono, el sectarismo construido alrededor de su significado, el odio que se transmite lo que configuran ese desafecto inaceptable, inexcusable, intolerable y profundamente despreciable», añade el comunicado.
«Estamos hartos de las valoraciones cargadas de desprecio, -prosigue el comunicado- de que se nos colectivice, de que el lenguaje nos incorpore a la categoría de extranjero sin saber siquiera cuál es nuestro lugar de nacimiento, hartos de vocablos que llevan implícita una carga de desprecio, cuando no de odio, que laceran nada más ser pronunciados. Pero estamos también hartos de la naciente hipocresía del lenguaje que evitando términos evidencia, más si cabe, esa exclusión. Ahora ya no se puede decir negro para describir el color de la piel, encubriendo así el desprecio de quienes identifican ese color de la piel como sinónimo de ser inferior, despreciable, indigno… Un negro es negro, no es de color, pero cada uno de ellos tiene nombre propio que identifica e individualiza al ser humano que lo porta. Es ese apelativo el que afirma su dignidad diferencial a ojos de quien lo pronuncia».
«No insulte quien quiere sino quien puede. Por eso, este enfermero no insulta a la ciudadana hija del enfermo al llamarle mora, simplemente evidencia su raquitismo moral, incompatible con el trabajo que realiza que no sólo requiere profesionalidad y respeto, sino también humanidad en el trato. Por eso, desde ATIM, pedimos tanto a la consejería de salud como al hospital, que se eliminen del personal a personas racistas que, más allá de sus prejuicios, son incapaces de ver al ser humano que tienen delante con independencia de su procedencia geográfica, cultural o religiosa. Y no sólo porque sus actuaciones son intolerables para el enfermo, sino porque degradan a las instituciones públicas en este caso a la consejería de salud y al hospital y manchan el buen nombre y el buen hacer de sus compañeros de los que no tenemos más que palabras de elogio y profunda consideración, por su profesionalidad y por la humanidad con la que tratan a los enfermos», agrega.
«Hemos reflexionado mucho sobre si enviar este comunicado o no hacerlo. Es verdad que lo que no se denuncia no existe, pero no lo es menos que estás minorías generan un ruido que no se corresponde con el comportamiento de la mayoría de la población y que, dándoles presencia mediática, les otorgamos el protagonismo social que buscan, contribuyendo así a su pretensión de tergiversar la realidad hasta convertir la pacífica convivencia en un conflicto», concluye ATIM.