Rue20 Español/ Madrid
Sara Aberkan*
La mujer musulmana inteligente y lista es aquella que se esfuerza en mantener un equilibrio entre su apariencia externa y su naturaleza interna. Que es consciente de que está compuesta de un cuerpo, una mente y un espíritu, y otorga a cada uno la atención que se merece, sin exagerar en un aspecto en detrimento de otro.
Al buscar esforzarse en encontrar el equilibrio justo, la mujer musulmana se refugia en la prudente guía del Islam.
¿Cómo puede la mujer musulmana lograr el equilibrio entre su cuerpo, mente y espíritu?
La mujer musulmana cuida bien de su cuerpo, promoviendo su buena salud y energía. Ella es activa, no es endeble ni excedida de peso. Por tal razón, no come en exceso, solamente come lo necesario para mantener su salud y energía.
Esto va en concordancia con la guía de Allah en el Corán: “Y comed y bebed con mesura, porque Allah no ama a los inmoderados”. (Surah Araf Pg 154 Ayah 7:31 Original Julio Cortes in Spanish)
El Profeta también aconsejaba la moderación en la comida y la bebida. «No hay peor receptáculo, que los hijos de Adán llenen demás, que sus propios estómagos. Pero si deben llenarlo, entonces que asignen un tercio para la comida, un tercio para la bebida y un tercio para el aire», dice.
“Tened cuidado de llenar vuestros estómagos con comida y bebida porque es dañino para el cuerpo y causa dolencia y pereza a la hora de efectuar las oraciones. Sed moderados tanto en la comida como en la bebida, pues es más saludable para vuestros cuerpos y os ayuda a erradicar de vosotros la prodigalidad. Allah detesta la gula, y quien prefiera sus deseos por sobre su religión se habrá condenado”, matiza.
La mujer musulmana no debe olvidar mantener su buena condición física y energía, siguiendo las saludables prácticas recomendadas por el Islam. Pero no se encuentra satisfecha solamente con lo natural, es decir, una dieta saludable referida anteriormente. También tiene que seguir un plan organizado de ejercicios apropiados para su condición física, peso, edad y posición social.
Estos ejercicios le proporcionan a su cuerpo agilidad, belleza, buena salud, fuerza e inmunidad a la enfermedad.
La musulmana sensible cuida su mente así como cuida su cuerpo, ya que lo anterior no es menos importante que lo último.
Hace tiempo leí un verso escrito por el poeta Zuhair Ibn Abi Salma en el cual decía: “La lengua de una persona es la mitad de ella y la otra mitad es su corazón. Lo que queda, es nada más que la imagen de la carne y de la sangre”.
Esto significa que una persona está esencialmente compuesta de su corazón y de su habla. En otras palabras, lo que piensa y lo que dice. Por ello la importancia de prestar cuidado a nuestra mente y suministrarle toda clase de conocimientos provechosos.
La mujer musulmana es responsable tanto como lo es el hombre, por eso se le exige buscar el conocimiento, sea éste «religioso» o «secular» que será de beneficio para ella.
«Buscar conocimiento es un deber de todo musulmán»
Los portales del conocimiento están abiertos para la mujer musulmana, y pueden ingresar en aquel que escoja, mientras no vaya en contra de su naturaleza femenina, sino que desarrolle su mente e incremente su crecimiento emocional y su madurez.
Y encontramos que la historia está repleta de prominentes ejemplos de mujeres admirables quienes procuraron el conocimiento y llegaron a ser altamente expertas. Entre las principales estaban la madre de los creyentes Aisha, quién fue la fuente primaria del conocimiento de las sunnah y fue también la primera sabia jurisprudente en el islam, cuando todavía era una mujer joven de no más de 19 años de edad.
*Sara Aberkan es doctoranda por la universidad Alfonso X de Madrid.