Rue20 Español/ Rabat
El embajador de Marruecos en Sudáfrica, Youssef Amrani, ha refutado firmemente las falsas alegaciones sudafricanas sobre la cuestión del Sáhara marroquí expresadas recientemente por el viceministro de Asuntos Exteriores, Alvin Botes, en un artículo de opinión dedicado a la cuestión del Sáhara marroquí y que fue publicado en la revista del partido «ANC Today».
En su respuesta a estas acusaciones despectivas, infundadas y fuera de lugar, el diplomático marroquí deconstruye la retórica sudafricana sobre la cuestión del Sáhara marroquí y rectifica los ideas erróneos, las alegaciones falsas y las carencias intelectuales de una visión ideológicamente sesgada y estrecha.
Además, este alineamiento ciego con las tesis argelinas plantea cuestiones legítimas sobre su finalidad y utilidad, traicionando la esencia misma de la ambición, la visión y el ideal de construir un continente africano fuerte y unificado. De hecho, el embajador recordó el compromiso histórico de Marruecos en la lucha contra la colonización y el apartheid, que fue decisivo para el establecimiento del movimiento de liberación en Sudáfrica.
Negar esta verdad histórica, admitida por el propio difunto Nelson Mandela, es un insulto a los sacrificios del pueblo marroquí en su lucha contra el colonialismo y pasa por alto su apoyo inquebrantable y su solidaridad y apoyo voluntario a los pueblos africanos hermanos para alcanzar el mismo objetivo, afirmó.
Al señalar las contradicciones de la posición sudafricana, Amrani se preguntó cómo es posible que Sudáfrica, que durante su mandato en el Consejo de Seguridad en 2007 había votado a favor de la Resolución sobre la cuestión del Sáhara marroquí, consagrando la preeminencia de la «iniciativa de autonomía» y del proceso político, pueda seguir promoviendo tesis anticuadas y abandonadas desde hace más de 20 años. Persistir, sin ningún sentido de la coherencia ni de la razón, en considerar el referéndum como la panacea para la resolución de la cuestión del Sáhara marroquí, sólo mantiene vivo un concepto obsoleto de una época pasada que ha sido claramente abandonado y enterrado por las Naciones Unidas y la comunidad internacional, añadió el embajador.
Volviendo a esas semánticas injustificadas e infundadas sobre la cuestión de los derechos humanos, el embajador explicó de manera intransigente que Marruecos no tiene nada que ocultar y no tiene ni complejos, ni tabúes, ni lecciones que aprender. En efecto, Marruecos, nación milenaria cuyo ADN está marcado por los ideales de paz, tolerancia y apertura, ha consagrado de forma irreversible los principios de los derechos humanos en su universalidad en la Constitución del Reino.
La participación masiva de las poblaciones de las Provincias del Sur en las elecciones generales y locales de septiembre de 2021 es una señal inequívoca de su pleno compromiso con el proceso de construcción democrática del Reino.
En su carta, el embajador lamentó que el artículo haga suyas las falsas afirmaciones hechas sobre la llamada «activista» Sultana Khaya, desviándose incluso del tema principal para limitarse a difundir la propaganda del «polisario». Amrani recordó que tras quedar descubiertas las intenciones, mentiras y métodos deshonestos de esta persona, varios responsables y organismos de la ONU se distanciaron conscientemente de sus engaños e insidiosas alegaciones.
Del mismo modo, el embajador marroquí refutó, con cifras, las alegaciones de que «Marruecos explota los recursos de la región del Sáhara». En este sentido, recordó que, desde su independencia, Marruecos ha situado entre sus principales prioridades la construcción de infraestructuras y el desarrollo socioeconómico de la región. Esta notable dinámica de desarrollo humano e inclusivo se vio reforzada por la adopción, hace 8 años, del Modelo de Desarrollo dedicado a las Provincias del Sur, concebido con la plena participación de la población local en todas las fases de su planificación y aplicación.
Los resultados de esta visión han alcanzado hoy el 80% de la realización del presupuesto asignado, que asciende a más de 7.500 millones de dólares, mientras que los principales indicadores socioeconómicos muestran mejores resultados en las Provincias del Sur que en el resto del Reino, en particular en términos de PIB per cápita, que es un 50% superior a la media nacional, o en términos de tasa de pobreza, tres veces inferior a la media nacional, precisó.
Denunciando inequívocamente la instrumentalización de la cuestión de los derechos humanos con fines políticos, el embajador Amrani interrogó al viceministro sobre la ceguera y el silencio culpable de Pretoria ante la desastrosa situación humanitaria en los campamentos de Tinduf (Argelia). ¿Cómo es posible que Tinduf sea el único campamento de «refugiados» del mundo donde no se permite al ACNUR hacer su trabajo? ¿Cómo es posible que Argelia haya subcontratado la protección de los derechos humanos en su propio territorio a un grupo separatista armado?
Esta delegación de responsabilidades de facto de Argelia al «polisario» en su territorio ha dejado a las poblaciones de los campamentos en una situación de precariedad, abandono e inseguridad, privándolas del acceso a las instituciones de recurso judicial, en total violación de los convenios y tratados internacionales firmados por Argelia. No puede haber delegación de soberanía y, por tanto, de responsabilidad por parte de un Estado a una milicia armada en su territorio, insistió al respecto.
Para el pueblo marroquí, la cuestión del Sáhara es algo más que un punto del orden del día del Consejo de Seguridad, explicó el embajador. Se trata de reparar un agravio histórico contra Marruecos en la consecución de su integridad territorial. Es una cuestión íntimamente ligada a la soberanía de la nación marroquí, precisó.
El plan marroquí de autonomía no sólo es reconocido por el Consejo de Seguridad de la ONU y las principales potencias como creíble, serio y realista, sino también como el desencadenante del proceso político liderado por la ONU que todos pretendemos apoyar, prosiguió.
En el complejo contexto geopolítico actual, el plan de autonomía se impone verdaderamente como un testimonio de la apertura de Marruecos a una solución constructiva y pragmática sin perjudicar la integridad territorial del Reino. Es una prueba, por si hiciera falta alguna, del sincero compromiso del Reino con una paz, una homogeneidad, una integración y una prosperidad duraderas en la región y en el conjunto del continente.