Rue20 Español/ Mohammedia
T. S.
El Estado profundo español y sus aparatos siguen pensando en el mundo y la vecindad en busca de los mejores escenarios para los intereses de los que mandan realmente lejos de los cálculos electorales de los partidos políticos.
El Real instituto Elcano se ha convertido en los últimos años en una verdadera cocina para las ideas estratégicas y geopolíticas del Estado español. La importancia y el valor dados a esta institución demuestran su influencia en la elaboración de las propuestas y estrategias a nivel de la política exterior española.
Marruecos y el Magreb siguen ocupando y preocupando a Elcano y España. En un nuevo orden mundial por nacer José Juan Ruiz, presidente del Real Instituto Elcano, pone al Magreb y Marruecos en el tercer escenario central que caracteriza 2023 para España entre un total de ocho escenarios. Esta clasificación en sí tiene más que un significado. Tanto Elcano como su presidente saben lo que dicen y cada palabra es muy cargada de sentidos.
La incertidumbre radical que sigue dominando el contexto global ha llevado a José Juan Ruiz en su presentación del ultimo informe de Elcano «España en el mundo en 2023: perspectivas y desafíos», publicado esta semana, a incluir en el estudio tres escenarios posibles: el optimista, el pesimista y lo que los investigadores de Elcano consideran que será el escenario central.
Los ocho escenarios centrales que caracterizaran 2023 para Elcano son los siguientes:
Primero, la guerra [en Ucrania] se prolongará y la unidad euroatlántica se mantendrá, si bien el futuro de Crimea puede convertirse en posible punto de fricción entre aliados (más pragmáticos o maximalistas) si las fuerzas ucranianas avanzan y Rusia modifica su postura de negociación para buscar un alto el fuego.
Segundo, la presidencia española de la UE en el segundo semestre vertebrará el conjunto de la acción exterior española a lo largo del año. Aunque últimamente España ha desarrollado cierta firmeza y protagonismo en el plano europeo, su presidencia rotatoria del Consejo resultará singularmente compleja porque coincidirá no solo con el contexto bélico sino también con una situación política interna volátil y polarizada, que acentuará su crispación por la cercanía electoral.
Tercero, el riesgo de desestabilización del Magreb también preocupará a la diplomacia española, necesitada además de demostrar que hay un nuevo momento de entendimiento con Marruecos y de reconducir sus relaciones con Argelia, en el contexto de la crisis energética global y la escalada de tensión Rabat-Argel.
Cuarto, la coyuntura económica será precaria pero no necesariamente sombría, con la inflación empezando a encauzarse y un diseño de reglas fiscales europeas poco atrevido pero orientado en la buena dirección. Las perspectivas para 2023 no son alentadoras, pero sí menos catastrofistas que hace medio año.
Quinto, en el gran juego de la geopolítica global continúa el enquistamiento del choque China-EEUU y la consecuente pauta de relativa desglobalización y crisis de las instancias, ya de por sí frágiles, de gobernanza multilateral.
Sexto, este escenario internacional atravesado por esa lógica de confrontación requerirá de Europa tanto una mayor coordinación interna como un acercamiento a nuevos socios en distintas regiones (África Subsahariana, América Latina o incluso el Indo-Pacífico). Aquí, de nuevo, la presidencia española resultará determinante.
Séptimo, la constatación de que seguridad y energía son bienes públicos que la UE no está siendo capaz de proveer de manera adecuada (sin que se atisbe un consenso comparable al que llevó a entender la salud, en el contexto de la pandemia, como un bien público europeo). No obstante, no es descartable avances en el proceso de integración en esos dos aspectos y en otros como el migratorio o las reglas fiscales.
Octavo, la necesidad creciente de afianzar los recursos y proyectos que garanticen el cumplimiento de los objetivos energéticos y climáticos (que en 2023 no siempre estarán alineados). Los ya crónicos fenómenos climáticos extremos, con especial énfasis en el verano y la sequía, pondrán a España de nuevo a prueba.
Así, Elcano llama al Gobierno español y los responsables españoles, en particular, y a los europeos en general, a dar más prioridad a la región del Magreb. Después pide que Marruecos y España den un paso adelante para consolidar la nueva hoja de ruta anunciada el pasado abril durante la visita de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, a Marruecos. La Reunión de Alto Nivel que se celebrará los días 1 y 2 del próximo febrero será una oportunidad para «demostrar que hay un nuevo momento de entendimiento con Marruecos».
Además, Elcano aconseja a su Gobierno que siga tendiendo la mano a Argelia «en el contexto de la crisis energética global y la escalada de tensión Rabat-Argel».
