Rue20 Español/Nueva York
La monstruosidad de Argelia y de su embajador ante la ONU, Ennadir Larbaoui, decididamente no tienen límites. En el espacio de un año desde la llegada de este embajador, Argelia se ha convertido de hecho en el verdugo de la causa palestina en la ONU.
Obsesionada por su odio visceral y enfermizo hacia Marruecos, Argelia y su representante en la ONU han reincidido una vez más privando a la causa y al pueblo palestinos de un apoyo muy necesario en la ONU en un momento crucial de la historia de la cuestión palestina.
Utilizando pretextos espurios y desvergonzados en relación con el Comité Al Quds de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) y su presidencia, Argelia bloqueó, sucesivamente, las declaraciones del Grupo Árabe, del Grupo de la OCI y del Movimiento de Países No Alineados (MNA) durante el debate trimestral del Consejo de Seguridad sobre la cuestión palestina, celebrado este miércoles.
En el pasado, y hasta la llegada del nuevo embajador argelino, estos grupos siempre habían apoyado incondicional e inquebrantablemente la causa palestina y los derechos inalienables del pueblo palestino.
Argelia fue el único país entre los 22 Estados miembros del Grupo Árabe, los 57 Estados miembros de la OCI y los 120 Estados miembros del MNA, que se opuso a la referencia al Comité Al-Quds, lo que confirma la falacia de sus afirmaciones sobre este Comité y su Presidencia, cuyo papel y contribución a la causa palestina son ampliamente reconocidos, muy respetados y muy apreciados, no sólo por los dirigentes y el pueblo palestinos, sino también por la comunidad internacional.
La reiterada objeción de Argelia al apoyo internacional a Palestina pone al descubierto que su supuesto apoyo a la causa palestina no es más que un eslogan vacío, que instrumentaliza políticamente y sacrifica sin escrúpulos cuando se trata de atacar a Marruecos.
Según altos diplomáticos de la ONU, el bloqueo por Argelia de las declaraciones de estos tres grupos, que representan más de dos tercios de los miembros de la ONU, es una nueva puñalada argelina en la espalda del pueblo palestino.
Es también la expresión más odiosa de la hostilidad argelina contra Marruecos, que se manifiesta en todos los ámbitos, de la política a la diplomacia, de la historia a la geografía, de los deportes a las artes, y de los medios de comunicación al espacio religioso.
Los diplomáticos acreditados ante la ONU son incapaces de entender, o incluso de aceptar, cómo un país cuyo jefe de Estado preside actualmente la Cumbre Árabe, bajo el quimérico lema de la unidad árabe, puede socavar la principal causa árabe-islámica, a saber, la cuestión palestina.
Son unánimes en condenar la postura argelina, perjudicial no sólo para Palestina, sino también para la solidaridad y la unidad que siempre han prevalecido en el seno del Grupo Árabe, la OCI y el MNA, especialmente cuando se trata de defender la causa palestina.
Además, el sentimiento general en la ONU en Nueva York es que Argelia padece una esquizofrenia avanzada e incurable. En efecto, el Comité Ejecutivo de la OCI, con la participación de Argelia, subrayó, el 10 de enero en Yedda, en una sesión extraordinaria, la centralidad del papel del Comité Al-Quds, presidido por el Rey Mohammed VI, para hacer frente a las prácticas peligrosas de las autoridades de ocupación israelíes en la ciudad de Al-Quds Acharif, saludando al mismo tiempo el papel desempeñado por la Agencia Bayt Mal Al-Quds Acharif. Una semana después, la Misión de Argelia ante la ONU se opone a la referencia al Comité Al-Quds y a su presidencia.
Al adoptar esta postura, Argelia se ha convertido de hecho en el aliado N:1 de Israel contra el pueblo palestino, al que está privando premeditada y conscientemente del apoyo internacional que necesita desesperadamente.
