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El Observatorio de la Costa, una plataforma técnica-científica que busca co-crear la planificación y la gobernanza local de la zona costera en Chile, alertó que el fenómeno de la erosión afecta al 86% de las playas del país y un grupo de senadores presentó un proyecto para crear una «Ley Costera» que prevenga dicha situación.
El trabajo del grupo interdisciplinario, que recoge datos de los últimos 40 años, demostró que cada dos años la erosión se duplica en las playas entre Arica y Los Lagos, el norte y el centro-sur chileno.
El Observatorio está compuesto por investigadores de la Universidad Católica de Chile, junto a fundaciones y ONG sin fines de lucro que se dedican a cuidar el patrimonio natural como arquitectónico del país.
Entre los hallazgos encontrados, el grupo determinó que la Bahía de Algarrobo, cerca de Valparaíso, en el centro del país, es una de las más afectadas por estos fenómenos, ya que evidencia tasas de cambio de hasta menos 4 metros por año.
También en la Región de Valparaíso se proyecta alta erosión en Santo Domingo y, en menor grado, impactos en la playa Reñaca.
Por su parte, hacia el norte, en la Región de Antofagasta, la playa de Hornitos, se cuenta entre las más afectadas, mientras que hacia el sur, se incluyen playas como Pichilemu, Arauco-Laraquete, Bahía de Lebu y Lebu-Tirúa.
El informe explica que las playas con las mayores tasas de erosión corresponden a aquellas de ensenada, donde se desarrollan extensos litorales arenosos, asociados a antiguos campos dunares y humedales costeros.
Por esto mismo, un proyecto para una Ley de Costas, fue presentado por los senadores de diferentes bancadas como Alfonso De Urresti, las senadoras Paulina Núñez, Yasna Provoste, Ricardo Lagos y Juan Ignacio Latorre.
La moción parlamentaria, en lo general, modifica la ley N°19.300, sobre Bases Generales de Medio Ambiente, en materia de protección de zonas costeras.
En los fundamentos se destaca que la zona costera de Chile “ha estado sometida a una fuerte antropización, caracterizada por intensos procesos sociales y urbanos, lo que ha generado un crecimiento desproporcionado en torno a los ejes costeros”.
Hasta ahora uno de los principales impedimentos para avanzar hacia políticas que permitan mitigar estos impactos, es que nuestra regulación se basa en la llamada “Política Nacional de Uso del Borde Costero”, un reglamento de más de tres décadas.
Esta antigua regulación contempla el concepto de “borde costero”, que en la práctica sólo protege una parte poco significativa de la costa (solo hasta la línea de playa de 80 metros), dejando valiosos ecosistemas asociados fuera de toda figura legal de protección. MAP
