Rue20 Español/ Doha
Brasil no recibió ni un solo disparo a puerta ante Suiza. Tampoco los serbios pudieron probar a Alisson. Dos partidos, cero goles en contra y cero disparos a puerta concedidos es la estadística de una Brasil que no acaba de afinar en ataque, pero que en defensa tiene un bastión muy difícil de superar.
La ‘Canarinha’ acumula cerca de 200 minutos sin recibir un lanzamiento a puerta, fruto de una defensa hecha fortín con Thiago Silva y Marquinhos. La antigua pareja del París Saint Germain, con Silva ahora en el Chelsea, sigue siendo de garantías para Tite, al que la falta de velocidad punta de estos dos jugadores no ha preocupado.
Tenía la posibilidad de meter a Éder Militao en el centro de la defensa en lugar del veterano Silva, pero Tite ha preferido no variar una dupla que funciona y que estuvo junta durante siete años en el PSG y lleva cuatro años siendo la opción favorita de Tite.
Desde que Tite comenzara su andadura con la selección, el 1 de septiembre de 2016 con victoria por 0-3 ante Ecuador, ha dirigido 78 partidos, de los que Brasil ha ganado 60, con cinco derrotas y trece empates.
En este periodo, la Canarinha ha anotado 173 goles y ha recibido 30 tantos, con 54 puertas a cero en estos encuentros. Es decir, en el 70 % de los partidos que Tite ha entrenado a Brasil, la ‘Seleçao’ no ha encajado ni un solo gol.
Brasil aún no está todo lo fluida que debería en ataque, como han demostrado sus pesados partidos ante Serbia y Suiza, pero en estos campeonatos lo que prima es la defensa, y ahí Brasil no tiene rival. Solo Polonia y Marruecos han sido capaces de dejar también su puerta a cero en las dos primeras jornadas, aunque ninguna de ellas cuenta con el cartel de favorita como lo tiene Brasil.
Esto también infunde miedo en sus rivales, lo que les obliga a jugar más atrás y a no irse a lo loco en busca del empate. «No reconocí a mi equipo», admitió el técnico serbio tras perder por 2-0, después de asegurar en la previa que iban a ir a por la victoria y que no tenían miedo ni siquiera a Brasil. Luego la realidad es muy diferente.
Brasil tuvo más posesión, más tiros, más saques de esquina y más pases que Serbia y Suiza. Las dominó desde una fortaleza defensiva a la que ni siquiera las bajas han afectado. Se cayó el titular, Danilo, con una dolencia en un tobillo, y entró Éder Militao, una opción más ofensiva. Tite podía elegir entre Dani Alves y el jugador del Real Madrid, y se quedó con el segundo, cuya velocidad puede cubrir prácticamente las carencias en campo abierto de los imperiales Thiago Silva y Marquinhos. En ataques estáticos, no han tenido problemas.
Mientras España, Argentina, Alemania y Francia encajan, Brasil es la única de las favoritas que, tras dos jornadas, no ha recibido ni un gol. Queda por ver qué ocurrirá cuando se enfrenten a selecciones más potentes, pero los brasileños, hasta la fecha, son un fortín. EFE