Rue20 Español/ Mequínez
El sector industrial en Marruecos está gozando de buena salud. Este sector no deja de crecer, sobre todo la industria automotriz.
Sin embargo, este crecimiento sin precedentes de este sector en Marruecos es visto por algunos «con malos ojos». Algunos lobbies españoles lo consideran como una «amenaza a la industria del sur de Europa y más concretamente a España», en vez de considerarlo como una competición, sana y limpia.
«Marruecos amenaza a la industria del sur de Europa y más concretamente a España. Este país del norte de África emerge como uno de los grandes competidores en sectores tan relevantes como el del automóvil, que solo en Aragón da empleo a más de 25.000 personas», escribe El Periódico de Aragón.
A los lobbies no les gusta el hecho de que Stellantis haya anunciado recientemente una inversión superior a los 300 millones de euros en su planta de Kenitra (Marruecos) con los que espera duplicar su capacidad de producción y poner en marcha la plataforma smart car.
«Los planes de la multinacional en la región de Oriente Medio y África pasan por fabricar en esa zona un millón de vehículos al año en 2030. Palabras mayores. Allí se harán los coches de combustión que ya no se podrán producir en Europa a partir de 2030, como por ejemplo el Peugeot ‘208’, cuya versión eléctrica se fabricará en Zaragoza a partir de 2024», añade el periódico español.
La misma fuente recuerda que «Marruecos concentra alrededor de 250 empresas del sector de automoción, cuya capacidad ronda los 700.000 vehículos al año y suma unos 220.000 empleos. Allí han desembarcado fabricantes como Renault, que estrenó en Tánger su planta, y Stellantis, que comenzó a producir en junio de 2019. Además, la china BYD podría lanzar próximamente vehículos eléctricos».
Según El Periódico de Aragón, esta misma semana Trox, el fabricante alemán de sistemas de climatización, lanzaba una seria advertencia y despedía a 19 de los 248 trabajadores que integran la plantilla de su factoría aragonesa por la falta de acuerdo con el comité en relación al convenio colectivo. Además, anunciaba el traslado de una línea de producción de aluminio a una nueva factoría del grupo en Marruecos.
«Aragón -prosigue la misma fuente- fue uno de los epicentros de esta industria, pero el paso de los años desplazó la actividad a los países del Este de Europa y a Marruecos, principalmente. Hoy, se mantiene esa amenaza para la industria».
«Los bajos salarios en este país del Magreb –alrededor de 500 euros al mes–, el apoyo del Gobierno marroquí a la llegada de inversiones, la abundancia de mano de obra y de territorio, y su ubicación estratégica, con puertos como del de Tánger –punto clave en las rutas marítimas comerciales de Europa, América y por supuesto África– hacen del país vecino un firme competidor», ha concluido.
Cabe recordar que gracias a su posición geoestratégica Marruecos pudo tener acuerdos de libre comercio con más de 50 países y acuerdos de doble imposición.