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El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, convocó a «reconstruir el alma del país», restablecer la paz y «bajar las armas», luego de expresar que logró renacer venciendo las elecciones luego de haber sufrido un intento de ser «enterrado vivo», en alusión a la condena que lo llevó a una prisión durante 580 días.
En su primer discurso en San Pablo tras la victoria en el balotaje ante Jair Bolsonaro, Lula acusó al mandatario de haber puesto en marcha la máquina del Estado al servicio de su reelección y de haber diseminado el odio en el país y trazó como principal objetivo la lucha contra el hambre, la preservación del medio ambiente, la reindustrialización del país y el diálogo institucional respetando a los poderes.
«Voy a gobernar para todos los 215 millones de brasileños, incluso para quienes no me votaron. No existen dos Brasil», afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT), electo por tercera vez tras haber gobernado entre 2003 y 2010 con una reelección.
«Nuestro compromiso es terminar con el hambre otra vez. No podemos aceptar como normal que millones no tengan que comer», añadió, al asegurar que su principal misión será combatir el hambre e incluir a la población más pobre en el presupuesto público.
Lula se impuso por 50,9% a 49,1% al mandatario de ultraderecha en la segunda vuelta de estos comicios, que coronan una de las campañas más violentas en Brasil desde el retorno a la democracia, según datos del tribunal electoral, con el 99,99 por ciento del escrutinio.
Durante el discurso en un hotel de San Pablo se lo vio junto a sus principales colaboradores, entre ellos el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, y la tercera colocada en la elección, Simone Tebet, considerada clave para sumar lo necesario en esta ajustada victoria.
Lula puso énfasis en la pacíficación: «Es hora de bajar las armas que jamás deberían haber sido empuñadas, las armas matan y defendemos la vida», aseguró.
A la vez, dijo que apelará al diálogo durante su gobierno, en el que asumirá el 1 de enero.
«Vamos a restablecer el diálogo para luchar contra el hambre y con el Legislativo, sin intentar cooptar, sino reconstruir la convivencia armoniosa y republicana», aseguró, después de que la alianza de partidos que apoya a Bolsonaro obtuvo una amplia mayoría en el Congreso en la primera vuelta del 2 de octubre.
Además prometió recuperar las políticas de preservación en la Amazonía y combatir las actividades ilegales en la selva amazónica, además de abrirse a la cooperación internacional manteniendo la soberanía.
«Brasil y el planeta necesitan de una Amazonia viva. Un árbol en pie vale más que la deforestación, el río limpio vale más que todo el oro extraído con las aguas contaminadas por mercurio», manifestó Lula, cuyo rival en el balotaje fue duramente cuestionado por su política ambiental.
Lula también apostó a un comercio internacional justo y a reanudar el comercio con Estados Unidos y la Unión Europea con nuevas bases.
«No nos interesan los acuerdos comerciales que condenan a nuestro país al eterno papel de exportador de commodities y materias primas. Reindustrialicemos Brasil, invirtamos en la economía verde y digital, apoyemos la creatividad de nuestros emprendedores y emprendedoras. También queremos exportar conocimiento», aseguró.
Por otra parte, Lula da Silva tendrá un fuerte contrapeso regional ya que de los 27 estados del país, la mayoría estarán en manos de gobernadores conservadores, aunque no necesariamente bolsonaristas.
Además del ballotage presidencial, también se realizaron las segundas vueltas en 12 gobernaciones que no pudieron definir sus respectivos mandatarios locales durante la elección del 2 de octubre pasado.
Uno de los estados que definió quién será su gobernador fue el más poblado del país, San Pablo, principal polo industrial y financiero de Brasil.
Allí, el exministro de Infraestructura, Tarcisio de Freitas, del Partido Republicanos y vinculado a la Iglesia Universal, derrotó a Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), por 55,3% a 44,7%. De esta manera, San Pablo quedó en manos del bolsonarismo por primera vez.
Los futuros gobernadores de los estados de Río Grande do Sul, Pernambuco, Mato Grosso do Sul y Sergipe fueron elegidos este domingo en la segunda vuelta de las regionales pese a que fueron los segundos más votados en la primera.