Rue20 Español/ Mohammedia
Toufiq Slimani
«Al término de los trabajos del Consejo y de conformidad con las disposiciones del artículo 49 de la Constitución, y a propuesta del Jefe de Gobierno y por iniciativa de la Ministra de Economía y Finanzas, Su Majestad el Rey, que Dios le asista, ha tenido a bien nombrar a Mohamed Benchaaboun, Director General del Fondo Mohammed VI para la Inversión», rezó ayer por la noche un comunicado del portavoz del Palacio Real, Abdelhak Lamrini, tras la reunión del Consejo de Ministros presidido por el Rey Mohammed VI.
Hasta ahora todo está claro. Pero el nombramiento genera preguntas y lecturas: ¿quién sustituirá a Benchaaboun como embajador en París? ¿seguirá también como embajador? ¿Qué tiene que ver la decisión con la inercia diplomática entre ambos países?
El cargo de Director General del Fondo Mohammed VI para la Inversión no es fácil y necesita mucho trabajo. Marruecos aboga muchísimo por las inversiones. El último discurso del Rey Mohammed VI ante el Parlamento el pasado viernes lo confirma. El gran trabajo que espera a Benchaaboun refleja su retirada de París.
Lo más posible es que Benchaaboun regrese pronto a Marruecos para revertir la situación de las inversiones en plena crisis mundial multidisciplinaria. Se entiende que Marruecos ahora da más prioridad a las inversiones que a las relaciones bilaterales con Francia en plena tensión diplomática franco-marroquí. Es una interpretación que tiene su lógica y su razón.
Pero, la formación y experiencia de Benchaaboun refuerzan la hipótesis de que el Palacio y el Gobierno optan por la persona adecuada para un puesto sensible y exigente en un momento difícil. De director de un banco marroquí a ministro de Economía, luego embajador en París, y de vuelta como patrón de inversiones.
Todas las lecturas son posibles, sin embargo, no se puede afirmar que la decisión de nombrar a Benchaaboun como nuevo patrón de inversión se debe a las malas relaciones diplomáticas con el Gobierno actual francés.
Es cierto que Francia, en los últimos meses, no ha dejado de mandar señales poco amistosas hacia Marruecos.
Primero, es verdad que Francia se posiciona a favor de Marruecos en el conflicto del Sáhara y se posicionó a favor de Marruecos tras la crisis diplomática con España en 2021, pero sigue adoptando una posición ambigua, mientras que Marruecos llama a sus socios tradicionales y nuevos a salir de la ‘zona confort’, y a apoyar la marroquinidad del Sáhara.
Segundo, Francia ha restringido la entrega de los visados a los responsables y ciudadanos marroquíes. Los franceses han reducido el número de visados a los marroquíes. El Gobierno francés trata de presionar a Marruecos para que acepte las condiciones de la expulsión de las «personas non gratas» en Francia. Así, Francia está perdiendo a Marruecos ante el ascendente interés de España, EE.UU, Alemania, China, Rusia, entre otros, por Marruecos. Ahora Francia no es el primer socio comercial de Marruecos sino España. Acaso no lo sepan los franceses.
Tercero, el contexto geopolítico mundial, sobre todo, la Guerra en Ucrania y su influencia en la crisis energética, ha empujado a Francia al acercamiento con Argelia. El invierno huele a sufrimiento en Francia. No hay gas en Francia. Por eso, Emmanuel Macron, ha pactado una luna de miel con el régimen argelino. Tarde o temprano, Francia volverá al sendero correcto. Creo que todo depende de la evolución de la crisis energética.
El régimen argelino pega a Francia donde más duele. Marruecos lo entiende. Cada año el grifo de suministro de gas para la calefacción en viviendas colectivas en París arranca a partir del 7 de octubre, pero este año los franceses siguen esperando, según informó una fuente a Rue20 Español.
«Los viajes de Macron y los responsables franceses a Argelia se deben a la necesidad urgente del gas argelino como alternativa ante las amenazas de Rusia», explicó la fuente.
Marruecos es un socio clave para Francia. Por lo tanto, la alianza franco-argelina es provisional. Calmada la crisis energética, las aguas volverán a su cauce. Francia volverá a entablar una asociación estratégica con Marruecos en un nuevo orden mundial a base de una nueva norma: ganador-ganador.
El acercamiento de EEUU, Alemania y España a Marruecos genera un desequilibrio adelantado en el Magreb. EEUU, España y Alemania ganan más peso específico en Marruecos. Para Francia eso es un riesgo.
El nuevo orden regional deja ahora a Francia lejos del eje americano-alemán-hispano-marroquí. En cambio, Francia se acerca al eje ruso-italiano-argelino.
No podemos decir que la salida de Benchaaboun es un punto de inflexión decisivo en las relaciones franco-marroquíes, ni mucho menos que se debe a esta inercia. Sin embargo, el regreso de Benchaaboun pone a prueba las relaciones franco-marroquíes.