Rue20 Español/Rabat
El reconocimiento de las graves violaciones de los Derechos Humanos en los campamentos de Tinduf es necesario para lograr la justicia para las víctimas y su reparación, subrayaron los participantes en una conferencia internacional, el jueves en Ginebra.
Las voces de las víctimas de ejecuciones, secuestros y torturas se alzan día a día, poniendo a la Comunidad Internacional frente a su responsabilidad de reconocer su derecho a la justicia, aseguraron los participantes en esta conferencia, organizada por el Observatorio Internacional para la Paz, la Democracia y los Derechos Humanos de Ginebra (OIDDH) y la ONG «Promoción del Desarrollo Económico y Social» (PDES), que goza del estatuto consultivo especial ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
La presidenta de la OIDDH, Aicha Douihi, constató el caos jurídico en los campamentos de Tinduf, donde prevalecen las medidas arbitrarias y la impunidad, precisando que las condiciones de vida inhumanas, la ausencia de censo y de mecanismos de protección, así como la falta de sentido del estatuto de refugiado, crean un clima propicio a la proliferación de las violaciones de los derechos humanos.
En cuanto al experto español en terrorismo, Chema Gil, señaló que el «polisario», con su ideología y sus prácticas arbitrarias, crea un espacio inestable propicio para el desarrollo de organizaciones internacionales que amenazan la seguridad de la región sahelo-sahariana, y añadió que el «polisario» asegura el vínculo entre el terrorismo, el crimen organizado y el tráfico de drogas.
Por su parte, la activista Maghlaha Dlimi relató cómo sufrió las prácticas represivas del «polisario», describiendo su deportación a Cuba cuando sólo era una niña y detallando las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos por parte del aparato «polisario».
El abogado y activista Naoufal Bouamri subrayó que las víctimas del «polisario» deben ser reconocidas como tales y beneficiarse de reparaciones y apoyo psicológico, y llamó a la sociedad internacional a movilizarse en su favor.
Por otra parte, Sophie Michez, abogada del Colegio de Abogados de Bruselas, destacó el llamativo contraste con los juicios de Gdeim Izik, en los que decenas de observadores extranjeros pudieron asegurarse de que se cumplían las condiciones de un juicio justo y se garantizaba el derecho a la defensa, a pesar de la atrocidad de los crímenes cometidos.
Lorenzo Penas Roldán, abogado internacional en casos de terrorismo y seguridad internacional, observó que el «polisario» se apoya en un clima político y jurídico favorable a las graves violaciones de los Derechos Humanos en los campamentos de Tinduf, señalando que en ausencia de seguridad, separación de poderes y mecanismo de control, la situación en Tinduf seguirá produciendo violaciones sistemáticas y permanentes de los Derechos Humanos.