Rue20 Español/ Mohammedia
T. S.
La Presidencia peruana encabezada por el maestro populista, Pedro Castillo, se ha convertido en una película que puede ser titulada «Deshojando la margarita». Castillo ‘coge’ una decisión y la va deshojando pétalo a pétalo, mientras reitera: sí, no, sí, no,…
Un presidente que le da igual un «Sí» como un «No». No diferencia entre cerrar y abrir, reconocer y desconocer, y nombrar y dimitir,…
Castillo nombró a Miguel Rodríguez Mackay como ministro de Exteriores el pasado 5 de agosto. El nombramiento en sí fue una muy buena declaración de intenciones para dejar atrás la diplomacia ideológica y utópica anunciada tras la llegada de Pedro Castillo a la Presidencia del Estado en 2021.
El 18 de agosto, Mackay aconsejó a Castillo que rompiera de una vez por todas las relaciones diplomáticas con el Polisario. El maestro y sus consejeros aceptaron la idea. La apoyaron.
El jueves 8 de septiembre (2022), Castillo anunció mediante un tuit su vuelta a apoyar al Polisario. Un día después, el 9 de septiembre, renunció Mackay a su cargó. Horas después, Castillo repescó a César Landa, como nuevo presidente. Cabe recordar que Mackay había reemplazado a Landa en el cargo.
Hoy, Rodríguez Mackay, ex ministro de Exteriores, desmintió en una entrevista con Infobae a Castillo afirmando que la política exterior es una competencia exclusiva del presidente y que la decisión de romper con el Polisario fue adoptada por Castillo. Mackay solo explicó al presidente y sus consejeros el conflicto, sus orígenes, el contexto y la realidad actual. La última palabra la tuvo Castillo quien ‘cambió de piel’ unos días después.
“Fue una decisión de Pedro Castillo. La política exterior la dirige el presidente. El canciller le expone los errores que se han cometido. La autoproclamada República Árabe Saharaui no es un Estado, no existe reconocimiento de ella en el derecho internacional […] Le expliqué al mandatario y a su equipo, que está en Palacio de Gobierno, que la autoproclamada República Árabe Saharaui, en realidad, es la consecuencia de un proceso preparado por el Polisario, con el apoyo de Argelia, y que el pueblo saharaui son cerca de 400 mil personas, de los cuales 360 mil están en el Sahara de Marruecos y los 40 mil están en Tinduf, territorio de Argelia», afirmó Mackay.
El exministro de Exteriores peruano explicó las normas y la lógica de un Estado. Una milicia no es un Estado. Los pilares del Estado moderno no los tiene el Polisario. «Entonces, ¿dónde está el Estado saharaui? Un elemento fundamental para que se constituya Estado es que debe tener nación y territorio”, mencionó.
Rodríguez Mackay le explicó tranquilamente el conflicto del Sáhara a Castillo quien lo comprendió o así pareció y le dijo textualmente: “vamos para adelante” para activarse el proceso de retirarle el reconocimiento al Polisario. Mackay negó también que haya habido algún conflicto de interés por algunas ponencias que realizó en Marruecos y los artículos publicados en el diario Correo.
“No existen conflictos. Yo soy un académico e investigador. Como experto en derecho internacional, llego a conclusiones, las cuales hago saber al presidente. Si está de acuerdo, se va para adelante. Lo incoherente sería que yo, teniendo una visión clara desde el derecho internacional sobre lo que significa el Sahara marroquí, diga una posición contraria. Allí entendería una crítica. No puede haber conflicto y enfatizo que hubo, más bien, una consecuencia y coherencia de mis posiciones”, aclaró.
Un vistazo atrás
«Guiado por mis formas y convicciones, y luego de conversar con el SPR Pedro Castillo, a su llegada a Lima, informo que he presentado mi renuncia irrevocable como Canciller», tuiteó el viernes 9 de septiembre Miguel Angel Rodríguez tras sus diferencias abismales con Castillo a nivel de Política Exterior.
«Como hombre de Estado, siempre forjado en sólidos principios ampliamente conocidos, he acompañado su gestión durante este mes y 4 días en el cargo que me confió. En este periodo, el objetivo trazado fue revitalizar la Política Exterior del Perú, corrigiendo errores y tratando de fortalecer el derrotero de la vida internacional de nuestro país, siempre desde la rigurosidad de lo académico y lo profesional y teniendo como guía a los grandes personajes y referentes de la diplomacia peruana y del derecho internacional», subrayó Rodríguez Mackay en la carta de renuncia dirigida a Castillo.
La decisión peruana de apoyar la soberanía marroquí sobre el Sáhara y respaldar el Plan de Autonomía para el Sáhara planteado por Marruecos desde 2007, ha sido posible gracias al canciller renunciado, al buen trabajo hecho por la diplomacia marroquí: el Ministerio de Exteriores, el embajador marroquí en Perú, Amin Chaoudri, el Senado marroquí y los especialistas y periodistas hispanistas marroquíes.
Hubo quienes acusaron a Mackay de ser amigo del embajador marroquí y de Marruecos, pero los mismos no saben que el mejor diplomático es el que tiene muchos contactos y una visión estratégica. Mackay supo entender que el Perú gana mucho con Marruecos que con una milicia. Algo que defendió en el seno del Gobierno y ahora desde fuera.
Pero la insistencia de Pedro Castillo de seguir los pasos de su homólogo colombiano, Gustavo Petro, aceleró la salida del canciller Miguel Rodríguez Mackay.
No se puede decir que el factor del Sáhara marroquí fue el único detonante de la renuncia, sino hay otros dos factores. «El canciller declinó luego de una evidente incompatibilidad respecto a la posición entre su sector y el presidente Pedro Castillo sobre, por ejemplo, el Acuerdo de Escazú, el reconocimiento de la República de Saharaui y la adhesión del Perú a la Convemar», escribió el diario peruano El Comercio.
La salida del canciller Miguel Rodríguez Mackay del Gobierno no era inesperada. El presidente Castillo declaró sus intenciones el jueves 8 de septiembre mediante un tuit: «A un año de establecer relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática, nos reafirmamos en persistir la defensa de su autodeterminación soberana».
El viernes 9 deseptiembre, en un evento oficial en Torre Tagle, Rodríguez Mackay dio señales de una posible ruptura. “No como otros que, por cuidar sus puestos y sus cargos, prefirieron dejar allí, arrinconada la tesis. Para eso no se tiene poder y para eso no se gobierna. Hay que tener carácter en temas de Estado y soy consecuente con lo que uno piensa. Si no, entonces nos convertimos en fantoches de nuestro propio libreto”, señaló según citó El Correo peruano.
Las palabras de exministro de Exteriores no sentaron bien en la presidencia del Estado. Pocos minutos después de estas declaraciones del entonces canciller, Pedro Castillo desde Cusco aseguró que “no hay nada que discutir” sobre la soberanía del Perú sobre las 200 millas, argumento esgrimido por quienes se oponen a la Convemar, según la misma fuente.
“Nosotros somos respetuosos de la Constitución y debemos seguir defendiendo el último milímetro no solo del mar que tenemos sino del territorio nacional. Ha habido, en todo caso, algunas informaciones que estamos corrigiendo, voy a sentarme a conversar con nuestro canciller y tranquilo no hay nada que discutir ahí”, alegó Castillo durante su visita a las ruinas de Quillarumiyoc, en Cusco.
Perú mantuvo sus primeros contactos diplomáticos con el Polisario en mayo de 1987. Nueve años después, Marruecos desmontó la falsa teoría separatista, ya que el Gobierno de Alberto Fujimori rompió con el Polisario y restableció la normalidad diplomática con Marruecos. Una normalidad que se alteró en septiembre de 2021 tras la llegada del maestro Pedro Castillo al Poder.
En un año pasaron muchas cosas bajo la alcantarilla del maestro que casi ha perdido la mayoría parlamentaria. Por ejemplo, el Congreso no autorizó su viaje a Colombia para participar el pasado 7 de agosto en la toma de posesión de Gustavo Petro. En agosto pasado Perú rompió con el Polisario. Hoy Castillo se acerca al Polisario sin romper con Marruecos.
A pesares del grave error de Castillo de apoyar al Polisario, Marruecos está llamado a seguir apostando, acercándose, dialogando y apoyando a los peruanos.