Rue20 Español / Rabat
Durante los días 2 y 3 de septiembre de 2022, la Escuela Normal Superior de Tetuán (ENS-Tetuán), en colaboración con la Universidad Abdelmalek Essaadi y el Centro Marroquí de Estudios e Investigaciones en Economía y Desarrollo Sostenible, organizó un Congreso Internacional sobre “Relaciones hispano-marroquíes: presente y futuro”.
Este evento tuvo como objetivo debatir varios temas que tienen que ver con «la dimensión política en las relaciones hispano-marroquíes», «el acercamiento cultural y educativo entre Marruecos y España» y «la cooperación económica y comercial entre ambos países».
El encuentro hispano-marroquí contó con la participación de varias personalidades de ambas orillas.
María Antonia Trujillo, ex ministra de Vivienda de España, fue una de las figuras destacadas en ese encuentro.
Su intervención llevó como título «Un plan para reforzar las relaciones entre España y Marruecos: ¿Dónde empieza la historia? ¿Dónde acaba España?»
Sus reflexiones se centraron en tres ámbitos: las relaciones bilaterales entre Marruecos y España, el asunto del Sáhara marroquí y los casos de Ceuta y Melilla.
He aquí el texto íntegro de la segunda parte de su conferencia al que tuvo acceso Rue20 Español:
II.- EL SÁHARA MARROQUÍ
Mi posición sobre el Sáhara marroquí la hice pública en el Primer Foro Mediterráneo Marruecos-España sobre la Organización Territorial y la Experiencia de la Regionalización en Marruecos y España, celebrado en la Facultad de Derecho de esta Universidad en Tánger los días 13 y 14 julio de 2022, acompañada de expertos constitucionalistas españoles, italianos y marroquíes. Impartí una ponencia sobre L’initiative de l’autonomie du Sahara: Constitution, autonomie et fait différentiel, con las siguientes conclusiones:
Primera.- Marruecos es una nación soberana e independiente con doce siglos de historia y aunque la colonización ha ocupado un lugar importante en el país eso no ha comprometido su unidad e identidad (independencia en 1956 y recuperando más tarde todo el territorio nacional, salvo Ceuta y Melilla).
Pero la realidad es que, fuera del ámbito académico especializado, hay un gran desconocimiento no sólo sobre el Marruecos actual sino también sobre su historia. Muchos autores, no solo españoles sino también extranjeros, han puesto en duda tanto la existencia histórica de Marruecos como la unidad del Reino y falseado tanto su historia como su geografía. Esta ignorancia, olvido e intencionalidad en cuanto a los hechos históricos y geográficos ha originado muchos equívocos en la comunidad internacional.
Segunda.- De acuerdo con esto la disputa sobre el Sáhara es un “conflicto” artificial como dijo su Majestad el Rey Mohamed VI en el discurso del pasado 20 de agosto- y sólo existe en el escenario político internacional.
El Sáhara no es una colonia ni desde el punto de vista del territorio ni de la historia ni del derecho, al haber formado parte del territorio de Marruecos de una forma u otra a lo largo de la historia (numerosos tratados bilaterales firmados a lo largo de los siglos XVIII y XIX, incluso el XX, por el Reino o, yendo más lejos, los lazos de lealtad entre los soberanos de Marruecos y las tribus del sur cuya existencia fue reconocida por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en octubre de 1975). La disputa sobre el Sáhara occidental no es un conflicto de autodeterminación.
Tercera.- Marruecos –tras las experiencias constitucionales y legales de 1971 y 1997- ha realizado un gran esfuerzo para implantar un proceso de regionalización avanzada que cuenta actualmente con 12 regiones -incluidas las tres del Sur- y ha promovido la economía local, consolidado la cohesión social, luchado contra la pobreza e instaurado un nuevo modelo de desarrollo. Marruecos dio un paso importante en su Constitución de 2011 con la voluntad de crear un nuevo modelo regional, que recogiera la pluralidad y diversidad, dedicando por primera vez en su historia constitucional una parte a la región (Título IX) proclamando, además, en su art. 1.4 que la organización del reino es descentralizada y fundada sobre la regionalización avanzada.
Desde 1971 hasta hoy, han pasado muchos años. Marruecos ya incluyó al territorio del Sáhara en disputa en sus primeras 7 regiones económicas, en las 16 de 1997 y en las 12 de 2015. El hecho cierto es que el Reino de Marruecos está ejerciendo sus atribuciones sobre este territorio y si se conoce la realidad de este país –instituciones, territorio y población- nadie duda que sobre el territorio del Sahara siempre ha existido una soberanía marroquí, lo que lleva a afirmar que, jurídicamente, el Sáhara es marroquí.
Cuarta.- Pero Marruecos quiso ir más lejos en ese proceso de regionalización. La invitación hecha a las partes por el Consejo de Seguridad de la ONU para encontrar una solución política realista, pragmática y duradera al asunto del Sáhara ha encontrado una respuesta constructiva por parte de Marruecos que presentó en 2007 un plan de autonomía para el Sáhara bajo la soberanía de Marruecos que es la única solución a este asunto siendo inviable cualquier otra vía.
Quinta.- Simultáneamente al ejercicio de su soberanía sobre el territorio del Sáhara, Marruecos también ha desplegado una gran labor diplomática en todo el mundo. El apoyo en la escena internacional, por parte de observadores objetivos y muchos Estados, africanos y de otros continentes, no se ha hecho esperar, reconociendo el esfuerzo de Marruecos al plantear una autonomía para el Sáhara como la única vía para salir de esta controversia.
Sexta.- En lo que afecta a España, se aprobó una Declaración Conjunta el 7 de abril de 2022 (tras la carta de 14 de marzo de 2022) sobre una nueva etapa en las relaciones entre los dos países estableciendo una hoja de ruta de 16 puntos en la que “España reconoce la importancia que tiene la cuestión del Sáhara occidental para Marruecos y los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable y considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de ese diferendo » y apostando por una nueva relación entre los Reinos de Marruecos y España basada en la transparencia y comunicación permanente, el respeto mutuo y el respeto a los acuerdos firmados por ambas partes y la abstención de toda acción unilateral, tras considerar que ambos reinos estaban indisolublemente unidos por afectos, historia, geografía, intereses y amistad comunes.
Séptima.- Pero hay que decir que sobre el plan de autonomía para el Sáhara de 2007 existe el mismo desconocimiento que sobre la historia y la actualidad de Marruecos y aunque es mucha la literatura científica son menos los escritos que argumentan la posición marroquí que los que la critican. Sobre este plan también se han pronunciado defensores y detractores sin conocer realmente su contenido. Las cosas, si se las observa en detalle, son algo más complicadas. Más vale una elaboración doctrinalmente solvente de este plan de autonomía que los aplausos y halagos que se les puedan dedicar, por mucho que nos gusten, sin una base seria. Más vale una base doctrinal científica que una declaración política, pactista, sesgada, porque al final no hará honor a la verdad entera y suficientemente ni coincidirá con la realidad de las cosas.
Octava.- Cuando Marruecos emprendió en 2007 ese camino con el objeto de incluir en la Constitución la región autónoma del Sáhara como parte soberana del reino de Marruecos con una singularidad que la diferenciaba del resto de regiones, probablemente pensaba en un posible modelo descentralizado asimétrico, respetando los modelos comparados. A ello se une una garantía adicional, un blindaje constitucional, cual es la revisión de la Constitución de 2011 y la inclusión de esta autonomía para la región del Sáhara en el corpus constitucional.
Novena.- Nada impide que Marruecos, aprovechando esta propuesta, pueda avanzar hacia la generalización en todo su territorio del modelo de autonomía para la Región del Sáhara. El plan de autonomía para el Sáhara toma como ejemplo el Estado de las Autonomías de España. Ese Plan puede servir, partiendo de las virtualidades positivas y prescindiendo de las debilidades e imperfecciones de nuestro sistema para avanzar en una auténtica descentralización que aproxime el poder a los ciudadanos y subsane los déficits actuales. Todo ello sin olvidar que cada modelo comparado es una singular apuesta por un Estado compuesto, irrepetible e inexportable y, a veces, inexplicable para analistas y expertos extranjeros, y que Marruecos debe tener su modelo, el modelo que decida en ejercicio de su soberanía.
Décima.- La decisión soberana corresponde al Reino de Marruecos que puede decidir un estatuto jurídico distinto al actual (tres regiones) para el territorio del Sáhara adelantándose una vez más al estancamiento que supone encontrar una respuesta a esta controversia sobre el que las decisiones de facto presentan más ventajas que inconvenientes desde el punto de vista jurídico, en el plano humano y en el ámbito geopolítico.
Décimoprimera.- Actualmente el paisaje de las provincias del sur ha cambiado, experimentando un progreso económico y social serio y real como consecuencia del nuevo modelo de desarrollo. Este avance, al que se sumaría el nuevo Estatuto de Autonomía para la Región del Sáhara, puede servir indudablemente para abrir aún más la puerta a África, aprovechando la historia compartida y la interdependencia de siglos, para ofrecer una visión estratégica que contribuya a la construcción del edificio africano promoviendo la integración regional, luchando contra las desigualdades sociales y colaborando en la consecución de economías fuertes desde la solidaridad y la responsabilidad. El futuro de África se trazará con una mano africana y Marruecos está en la vanguardia.