Rue20 Español/ Casablanca
El presidente tunecino, Kais Said, se alinea con el eje del mal en la región tras la decisión de recibir al presunto líder del Polisario, Brahim Gali, con motivo de la Cumbre Internacional de Tokio para el Desarrollo de África (TICAD) este fin de semana Túnez.
El acto hostil del presidente Kais ha dañado muchísimo las relaciones cordiales y fraternales entre ambos países hermanos. Pero los marroquíes saben que Túnez es más grande que Kais, secuestrado por los generales argelinos.
Marruecos llamó a consultas a su embajador porque la decisión se desvía del camino de la neutralidad adoptado por Túnez. La reacción de Marruecos es lógica y adecuada.
«Por Said, Túnez se ha convertido en el patio trasero de Argelia. Desde su independencia Túnez ha mantenido un equilibrio entre Marruecos y Argelia. No hay neutralidad cuando se recibe a Gali en pie de igualdad respecto al resto de jefes de Estado», explica a Efe el profesor universitario marroquí Khalid Chiat.
Para el analista marroquí Said Saddiki, dos factores nuevos influyen en las relaciones y uno de ellos tiene que ver con el vecino Argelia. Se trata, resume, del «apoyo económico argelino al país y el sentimiento de Said (que gobierna con plenos poderes desde hace un año) de que Rabat no ha respaldado sus decisiones internas», según EFE.
En Túnez no saben las implicaciones de la decisión de su presidente. «No están claras cuáles serán las implicaciones. No creo que Marruecos retroceda y al mismo tiempo Said no es el tipo de persona que esté dispuesto a hacer concesiones», explica el analista tunecino Mohamed-Dhia Hammamia Efe.