Rue20 Español/Rabat
Al restablecer relaciones con una entidad quimérica, el nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro, «propina un golpe a Colombia» y «las excelentes relaciones con Marruecos serán estropeadas», escribe el editorialista del sitio web de noticias colombiano «ifm noticias».
En este editorial, publicado bajo el título «Colombia ya no está en manos de los colombianos», el periodista y escritor Edward MacKenzie se muestra sorprendido de que la primera decisión tomada por Gustavo Petro sea «restablecer las relaciones diplomáticas con una entidad que muy pocos conocen en Colombia (rasd)». ¿Qué le aporta eso a Colombia? Nada. Por el contrario, ese acto le propina un golpe a Colombia. Las excelentes relaciones (…)con Marruecos serán estropeadas».
“Es obvio, agrega el autor, que Gustavo Petro, al tomar esa insólita medida, respondía a la agenda de Podemos y de horribles dictaduras, burlándose de los intereses de Colombia».
Edward MacKenzie agrega que esta entidad (rasd) no está reconocida por «ningún Estado europeo, ni Estados Unidos ni Japón, ni Australia”.
En cambio, todos los Estados que reconocen esta entidad son «países del Tercer Mundo, incluyendo a Corea del Norte y Cuba. Y ahora Colombia», se lamenta el editorialista, que se pregunta «¿Qué hay detrás de esa movida?», antes de dar su respuesta: «Una agenda política que nada tiene que ver con Colombia».
Edward MacKenzie recuerda en este contexto que España, a través de una carta enviada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a SM el Rey Mohammed VI, ha reconocido la integridad territorial de Marruecos sobre el Sahara.
El editorialista también critica el episodio de la «espada de Bolívar» que el nuevo presidente quiso presentar el día de su toma de posesión, el 7 de agosto, y que posteriormente dio lugar a tensiones con España por la fuerte carga simbólica de esta espada de Simón Bolívar.
“Con ese sainete premeditado Petro le hizo otro favor a Podemos y a quienes buscan agrietar la monarquía española”, escribe el autor del artículo.
El editorialista se refiere a otra decisión del Gobierno de Petro que va en contra de los intereses de Colombia sobre el fin de la exploración y comercialización de gas de su propio subsuelo, que será sustituido por gas importado de Venezuela.
Calificó este anuncio como una «medida irracional» que supondrá una «transferencia masiva de riqueza colombiana a Venezuela».
Enumerar estas sucesivas decisiones durante los primeros días del mandato de Petro, Edward MacKenzie estima que «en estos momentos Colombia está fuera de control. El Senado y la Cámara de Representantes, los partidos, los gremios y empresarios, los directores de los medios, quedaron en estado de muerte cerebral».
Colombia está ahora en manos de un grupo “a-nacional”, que “ejecuta unas directivas no explícitas en las que los intereses de Colombia, de sus habitantes, de su territorio, no son tenidos en cuenta. Cesó la construcción de Colombia. Entramos en la fase del desmantelamiento de Colombia y de la transferencia de la riqueza nacional a terceros países”, estima el autor del artículo.
El Estado colombiano está siendo guiado por una camarilla con poderes absolutos, pero de hecho, la cual sigue unas directivas opacas, extra colombianas, que nunca fueron objeto de deliberación entre la ciudadanía, ni antes ni durante la campaña electoral, lamenta el editorialista.
Por el momento el panorama es ese: no hay contrapoderes, no hay Constitución, ni leyes. La camarilla pasará por encima de todo y utilizará la violencia contra los hijos de Colombia para imponer los dictados del Grupo de Puebla y de Foro de Sao Paulo (dos bloques de la izquierda latinomaricana), y de potencias que trabajan para minar la democracia y las libertades en Occidente, concluye MacKenzie.