Rue20 Español/ Mohammedia
El episodio dramático del viernes pasado en las fronteras de la ciudad ocupada de Melilla, tras la muerte de 23 migrantes y 76 heridos, demuestra que Argelia y las mafias de tráfico de personas se han convertido en un verdadero problema para la estabilidad y la seguridad en el sur del Mediterráneo.
Más de 2.000 inmigrantes participaron en el intento de salto a la valla fronteriza de Melilla. Una cifra récord y nunca registrada, lo que invita a preguntarse y reflexionar sobre las verdaderas causas y los verdaderos causantes del episodio dramático.
Marruecos por sí solo no puede hacer nada frente al enorme desafío migratorio. Marruecos no puede solucionar los problemas de la hambruna, el cambio climático, el terrorismo, la inseguridad, la inestabilidad y los golpes de estado en África.
Marruecos no escatima esfuerzos en ayudar y apoyar a sus hermanos africanos. El compromiso de Marruecos con los africanos se plasmó durante la pandemia, mandando medicamentos, alimentos y otros materiales a varios países africanos. Marruecos invierte mucho en África para fomentar el desarrollo y la prosperidad de esos países.
Así Marruecos no tiene la culpa ni es responsable de las peores circunstancias que empujan a miles de subsaharianos a huir de sus países. Marruecos no es responsable del rechazo de Argelia a la cooperación de seguridad e inteligencia con los vecinos para luchar contra la inmigración y contra las redes de tráfico de personas.
Argelia optó por la relajación en el control de fronteras. Es normal que lleguen miles de inmigrantes a Marruecos porque las autoridades argelinas prefieren mirar a otro lado.
Algunos quieren que Marruecos pague los platos rotos del rechazo argelino a la cooperación de seguridad, de las malas circunstancias en algunos países africanos, de la guerra en Ucrania y del cambio climático.
Ante esta situación, la Embajada de Marruecos en Madrid señala a Argelia en una parte, según las aclaraciones que mandó a Rue20 Español.
“En primer lugar, la elección por parte de los líderes del punto de ataque: el asalto no se orientó de la forma clásica hacia la alambrada, sino hacia el llamado puesto Bario-chino. Este puesto tiene 4 corredores estrechos, y la afluencia masiva de atacantes en estos corredores angostos ha causado un gran empujón. La cifra de muertos es de 23 migrantes y 76 heridos, 18 de los cuales siguen hospitalizados”, aclaró la Embajada.
Sin criminalizar a los inmigrantes ni alimentar el discurso racista de la derecha fascista, en las imágenes y en los vídeos del salto se ve a inmigrantes con palos y lanzando piedras a las fuerzas de seguridad de Marruecos. Además; Marruecos incautó armas blancas, palos, cuerdas, garfios y otros elementos. Los inmigrantes usaron métodos agresivos para hacer realidad su objetivo de acceder a Melilla.
Marruecos señala a las mafias y la relajación en la frontera por Argelia. “Por otra parte, la extrema violencia de los asaltantes y la estrategia del asalto que prevaleció y que denota un alto sentido de organización, una progresión planificada y una estructura jerárquica de líderes aguerridos y entrenados con perfiles de milicianos experimentados en zonas de conflicto”, aseguró la Embajada.
Marruecos ha llegado a la conclusión de que “los atacantes se infiltraron por la frontera con Argelia, aprovechando la deliberada laxitud del país en el control de sus fronteras con Marruecos”. La Embajada recordó en este mensaje dirigido, en particular, a los medios españoles, que “los asaltantes, armados con palos, machetes, piedras y cuchillos, atacaron a las fuerzas de seguridad hiriendo a 140 agentes, 1 de los cuales sigue hospitalizado”.
Y a pesar de los métodos agresivos y violentos usados por los inmigrantes “a lo largo de este asalto, las Fuerzas del Orden demostraron un alto sentido de control y profesionalismo”.
Además, la Embajada sigue los pasos del Gobierno español, acusando a las mafias. “Este drama, además de su dimensión de tragedia humana, demuestra la extrema peligrosidad y violencia de las redes de tráfico que están dispuestas a asumir todos los riesgos en la negación total de la sacralidad de la vida de las personas”, afirmó la Embajada.