Rue20 Español/ Mohammedia
Toufiq Slimani
La capacidad de divulgar información negativa acerca de Marruecos entre los lectores españoles es una importante fuente de poder de los elaboradores de la agenda mediática española.
Pero últimamente, el lector o ciudadano español ya empieza a demostrar una cierta eficacia para entender esta agenda mediática gracias al nuevo conocimiento que tiene sobre el mundo.
Los ciudadanos españoles ya no ven el mundo solo con los ojos de su prensa. Las redes sociales han cambiado el viejo paradigma. Pero la complicidad de la agenda política con la mediática sigue manipulando a algunos ciudadanos.
Lo que domina en las agendas mediática y política influye mucho en la agenda pública (ciudadanos). Sin embargo, la nueva decisión histórica española de respaldar el Plan de Autonomía para el Sáhara presentado por Marruecos desde 2007 ha sido una excepción.
La nueva decisión española tuvo una gran repercusión mediática en la prensa española y los despachos de los políticos españoles. A veces le quitó el protagonismo a la crisis ucraniana. No es ningún secreto que las agendas mediática y política por razones diversas y distintas están instrumentalizando esta decisión, y muchas veces de una manera negativa.
Ahora, se ha quedado muy claro que estas agendas han fracasado ya que no han conseguido influir y manipular las convicciones de la mayoría de los españoles. Mucho más si las estadísticas de este fracaso los confirma una agenda mediática conservadora y en desacuerdo con el Gobierno de Coalición liderado por el socialista Pedro Sánchez.
La nueva decisión es “percibida mayoritariamente como una cesión ante el Reino de Marruecos pero que, en consecuencia, también se percibe como un hito que va a servir para mejorar la relación con Rabat”, ésta es la principal conclusión del sondeo de GAD 3 elaborado para ABC acerca del respaldo de Sánchez a la Autonomía para el Sáhara bajo la soberanía de Marruecos.
No se trata de una conclusión extraída por un medio o centro de investigación marroquí, sino “puede comprobarse- por un medio español- al analizarse lo que piensan los votantes de los partidos de la oposición”.
Dada la situación actual y el gran empeño de las agendas mediática y política en dar una imagen negativa de la nueva decisión española y en intentar manipular al público español para formular una agenda pública contra Marruecos y el Plan de Autonomía, los ciudadanos españoles son optimistas de cara al futuro tras la reapertura de una nueva etapa de asociación estratégica entre ambos reinos.
El 40.6% de los entrevistados creen que la nueva posición de España respecto al Sahara mejorará las relaciones con Marruecos; 13% son indiferentes, es decir, les trae sin cuidado la polémica desatada por la agenda mediática española; 16.7% no saben nada del tema ni comentan, es decir, tienen otras prioridades; y solo 26.7% están en desacuerdo con la nueva decisión.
Los más optimistas son los socialistas (49%), seguidos por UP (46%), Cs (42%) y PP y Vox (32%). Otra conclusión muy primordial es que los ciudadanos simpatizantes con Unidas Podemos, el grupo que más rechaza la nueva decisión y apoya la versión separatista, son los más optimistas después de los socialistas.
La nueva estadística evidencia que la polémica desatada por la agenda mediática española no ha podido, primero, formular una agenda pública, es decir, no ha podido influir ni manipular a la opinión pública.
Segundo, el empeño de la agenda mediática en dar una imagen negativa del nuevo acuerdo hispano-marroquí viene de lejos. La imaginación, la historia y los estereotipos heredados siguen pesando a la hora de elaborar la agenda mediática.
Tercero, la nueva polémica ha corroborado que la agenda política controla a la agenda mediática en España. Las dos agendas no se mueven por defender los intereses de España en su relación con Marruecos sino por defender sus intereses partidistas y grupales. Unos por defender el separatismo, el nacionalismo, regionalismo y populismo; y otro por reclutar más votantes y garantizar más votos de cara a las futuras elecciones legislativas.
Cuarto, los ciudadanos españoles no quieren estar en una polémica por delegación y usados por la élite partidista para defender sus intereses y no del pueblo español.