Rue20 Español/Málaga
Pedro I. Altamirano
Hay cosas en la vida que salen al revés de lo que intenta lograr. Sin duda alguna, el líder de la banda armada del Frente Polisario, al servicio de los intereses el régimen militar argelino, y presunto genocida y violador alias Brahim Ghali, ha cometido un error histórico que envía al cubo de la basura más de cuarenta años de su diabólico trabajo en contra de los verdaderos intereses de las tribus autóctonas del Sáhara marroquí.
En la jugada, urdida a la perfección para romper y perjudicar las tradicionales buenas relaciones hispano marroquí, entre el gobierno de Argelia y la parte del gobierno español más antisistema como Podemos, junto a los partidos separatistas vascos y catalanes, pareció en principio lograr sus objetivos, ya que fue causa de la mayor crisis española marroquí desde el incidente de la isla “perejil”. Pero algo horrible iba a terminar con la trampa argelina.
La entrada de alias Brahim Ghali de forma irregular en España para recibir una supuesta ayuda humanitaria consistente en sanarlo de Covid, fue el detonante buscado para romper las relaciones y lo consiguieron. Pero, la firmeza del Reino de Marruecos en defensa de sus legítimos intereses territoriales, y la acción de un juez de Logroño empeñado en investigar hasta el final la entrada de Ghali en España, partiría por la mitad el plan argelino.
El llamado caso “Ghali” comenzó a levantar bastante polvo y señalar a responsables del plan, lo que ocasionó la dimisión de varios ministros del gobierno español, incluida la responsable de exteriores González Laya, que sería llamada a declarar por el magistrado Rafael Lasala que lleva, de forma implacable el caso en un juzgado de Logroño. El plan argelino comenzaba a derrumbarse.
España estaba contra la espada y la pared. O renunciaba para siempre a las relaciones con Marruecos, lo que supondría insoportables pérdidas económicas, políticas y sociales, o entraba en razón, y seguía el camino correcto marcado por los Estado Unidos, Israel y otros. Se hizo la razón, se impuso la Realpolitik y España aceptó las condiciones marroquíes para volver a la colaboración bilateral tan importantes para ambos países, y se reconoce la soberanía del Reino de Marruecos sobre sus provincias del sur. Jaque mate al Polisario, Argelia y a los enemigos de la amistad hispano marroquí.
Lo que pensó Ghali que supondría la ruptura entre España y Marruecos, al final se ha convertido en todo lo contrario, por lo que lo cierto es que, la errónea maniobra Polisaria argelina, ha sido el detonante del reconocimiento español.
En resumen. Ghali ha sido el responsable directo del cambio histórico de España. Como dice la conocida frase, el tiro le salió por la culata.
