Rue20 Español/ Rabat
La invitación que ha cursado el rey de Marruecos Mohamed VI al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que le acompañe el próximo jueves al iftar, la cena con la que se rompe el ayuno del Ramadán, supone un gesto de gran simbolismo que el monarca alauí solo lleva a cabo con socios estratégicos.
El hecho de que el rey marroquí invite a Sánchez a realizar una viaje oficial en pleno mes del Ramadán, el mes sagrado para el islam, se considera ya muy relevante para la diplomacia del país magrebí.
Los musulmanes deben abstenerse de beber y comer desde el alba y hasta el ocaso y solo rompen el ayuno a la puesta de sol con el iftar, una cena muy especial y familiar, en el que solo participan los más allegados.
No obstante, no es la primera vez que un mandatario español es invitado a un iftar.
En julio de 2013, el rey Juan Carlos viajó a Rabat, donde fue recibido en la misma pista del aeropuerto por el rey Mohamed VI, acompañado de su hijo, el príncipe heredero Mulay Hassan, y de su hermano, Mulay Rachid.
En aquella ocasión, don Juan Carlos fue invitado por el monarca alauí a una cena en el palacio Dar Essalam. Era la primera vez que el monarca marroquí compartía el iftar con un jefe de Estado extranjero.
Justo un año más tarde, en julio de 2014, Felipe VI realizó su primera visita como rey de España a Rabat, que también tuvo lugar en pleno Ramadán, algo que de nuevo era muy poco habitual en las visitas oficiales o de Estado a Marruecos.
La visita de don Felipe y doña Letizia a Marruecos formó parte de la conocida como «gira de presentación» del nuevo Rey de España tras su proclamación el 19 de junio de ese año, y que le llevó también a El Vaticano, Portugal y Francia.
Con ese viaje, el Rey cumplía además una norma no escrita, seguida también por los presidentes de Gobierno españoles, de elegir Marruecos como primer país que visitan al inicio de su mandato fuera de la Unión Europea.
También en esa ocasión, Mohamed VI ofreció un iftar de gala a los nuevos reyes de España que comenzó a la caída del sol y tras el rezo del muecín en el Palacio Real de Rabat.
Una cena que, en aquella ocasión, estuvo compuesta inicialmente por dátiles, huevos duros y la tradicional sopa de carne y legumbres -harira- con la que se rompe el ayuno, y que fue seguida de tallin, cordero asado, pescado al horno, pasteles fritos de verduras y los tradicionales dulces de miel y almendra. EFE
